El diario digital Infobae de Argentina se hizo eco de un caso de discriminación contra una familia paraguaya que reside hace más de una década en la comunidad de Manzanares, del partido de Pilar de Buenos Aires, República Argentina.
“Paraguaya que anda en auto con el hijo re pelotudito” estaba escrito en la boleta que encontró dentro de su bolsa de compras, Elizabet Arzamendia, la nota rezaba como referencia para la entrega del pedido de maíz por delivery que había realizado. Claramente para ella era la forma de identificarla a ella y a su hijo mayor Enzo, de 15 años de edad quien presenta retraso madurativo.
El caso fue denunciado ante el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), del vecino pais y al tomar estado publico generó toda una ola de escraches contra el comercio en una comunidad donde todos conocen a la familia paraguaya que se dedica a la albañilería. La afectada fue criada en Yuty, departamento de Caazapá por su bisabuela, habla a la perfección el idioma guaraní, su esposo es paraguayo y su hijo Enzo nació en Paraguay, el mismo tiene un hermano de cuatro años.
En Argentina, los padres de Enzo se dedican a la albañilería y contó que compran hace más de 11 años en la Forrajería donde hicieron el pedido.
El delivery fue solicitado el 29 de octubre pasado, aunque recién al día siguiente cuando iba dar uso al maíz la mujer descubre la desagradable nota, la compra se realizó en la forrajería “Flor de Lis”, ubicada en la misma comunidad de Manzanares, la dueña del local quien recepcionó el pedido fue identificada como Estela Bertana.
“Le compro a la dueña de la forrajería desde que mi hijo Enzo tenía 4 años y ahora tiene 15. A veces, vamos mi marido y yo a buscar el pedido, y otras, su ex marido o su hijo me lo traen a mi casa. La semana pasada había ido a comprar personalmente, pero el jueves me olvidé de ir a buscar maíz partido, que es lo que siempre llevo. Así que la llamé por teléfono, nos saludamos porque me reconoció la voz y le pedí que me mandara una bolsa a mi casa. Me dijo que me lo traía su hijo y que había subido a 700 pesos. A la hora vino, me dejó el pedido, me dio la factura -que guardé en mi bolsillo- y le dije que dejara la bolsa en la puerta, porque le iba a pedir a mi hijo que la entrara”, rememora al medio argentino la mujer.
“Cuando vi lo que estaba escrito pensé que estaba leyendo mal: no lo podía creer, ¿se imagina cómo me sentí? Se me ocurrió tomarle una foto al papel y se lo mandé a una amiga, que tampoco lo podía creer. Me decía: “¡Es indignante que se metan de esa manera con una criatura!” Ella es la dueña de una biblioteca donde Enzo iba a estudiar y lo conoce muy bien desde chico”, contó Elisabet.
Tras tomar estado público el caso de discriminación, los dueños del local quisieron culpar del hecho a un supuesto empleado de la firma, pero no supieron brindar una identificación del joven. Además, se realizaron pericias entre una factura emitida desde el local y la nota de pedido hallada, las cuales coinciden. Para la familia no hay dudas que el escrito salió de parte de los dueños del negocio ya que siempre trabajaron en familia.
“Al principio, a mi hijo lo llevaba caminando al jardín; después, en bicicleta; luego en moto, ahora ando en auto… ¡Pero todo es a base de mucho sacrificio, como tener una casa linda para mis hijos! Todo eso repercute en algunas personas, pero no es la manera, porque uno se la pasa luchando para poder tener esas cosas. Cada uno lleva a su país con mucho orgullo, pero que se la agarren con un niño indefenso… Mi hijo no tiene la culpa de haber venido a un mundo así, pero yo lo voy a defender con uñas y dientes. Por eso, ayer presenté la denuncia ante el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo). Por más que tengan una discapacidad, los chicos tienen sentimientos y mi hijo se está dando cuenta de que algo pasa, porque me ve llorar y me sigue por todos lados. Es una situación muy difícil, ¿cómo se le explica a una criatura?” respondió al medio Elisabet.
Infobae no logró que ningún responsable de la forrajería diera su versión, corroboró que,efectivamente, la denuncia fue formulada ante ese organismo, contactando a Demian Zayat, director de Asistencia a la Víctima del INADI.
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