Marcos es un niño del barrio Itá Paso de Encarnación que nació con un problema genético que le impide caminar, prácticamente creció en una silla de ruedas y toda la implicancia que esto acarrea.
A pesar de ello, Marcos no se rindió y con el correr de los años se supo adecuar a sus limitaciones y en muchos casos superarlas.
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Cada día, a tempranas horas ya se prepara para ir a la escuela y en su silla de ruedas va rumbo a recibir clases.
Aunque en principio contó que le dolía su condición sobre todo cuando veía que otros niños caminaban y él no, pero todo el amor que recibió de sus familiares, amigos, profesores y compañeros de escuela, le ayudó a superarse en otras áreas y a entender que de todas maneras las barreras están para ser superadas.
Hoy día, hasta juega fútbol con sus amigos, «él es nuestro arquero», salió y dijo uno de ellos. Cada miércoles en horario de Educación Física, Marcos es el primero en alistarse para salir a jugar.
Sus profesores lo califican como un niño muy responsable y eficiente en horarios de clases, por su responsabilidad y las ganas de salir adelante se ganó todo el respeto de quienes lo conocen.
Hoy deja un mensaje a todo el mundo destacando que a pesar de las limitaciones y los problemas que se puedan tener, todo se puede superar.
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