Un 20 de septiembre del año 1926, después de la partida de la última lancha hacia Posadas a las 17:00hs. las familias se refugiaron del temporal que se veía venir, sin sospechar su fuerza y poco tiempo después fueron sorprendidas por la tempestad que derivó en una verdadera catástrofe, sin precedentes hasta la fecha.
Las ráfagas de viento fueron de hasta 200 kilómetros por hora, los cuales hicieron desaparecer el Banco del Paraguay, el Club Social de Encarnación, además de muchas casas.
En contacto con el historiador y escritor, Julio Sotelo, este reivindicó las figuras de hombres con heroico actuar en aquella fecha clave de la historia de Encarnación.
El mismo describe la situación de Encarnación en aquella época, donde el movimiento se daba en la Villa Baja, a través de la llegada de los barcos al viejo muelle, el cual fue destruido durante el ciclón.
En aquella época, ante la magnitud del desastre, al día siguiente el Gobierno de Eligio Ayala solicitó un duelo nacional y se creó una comisión de donaciones para enviar todo tipo de ayuda a los sobrevivientes.
La solidaridad de la ciudadanía posadeña fue la primera en llegar con apoyo para buscar salvar vidas tras la tremenda tragedia.