La niña Violeta acudió al Hospital San Pablo por unos cólicos menstruales que la aquejaban. Los doctores le aplicaron en el brazo dipirona y ondasetron, sufrió un paro cardiorespiratorio y quedó con parálisis cerebral severa. Sucedió en julio pasado, un mes antes del caso Renato, y la madre sigue esperando justicia.
El 18 de julio, la niña Violeta llegó con su madre al Hospital San Pablo, debido a unas náuseas y cólicos menstruales que la quejaban.
Según el relato de la madre, Blanca Díaz, allí los atendió el doctor Omar Flam, quien le recetó dipirona y ondasetron. De ahí la derivaron a una sala en donde las recibieron una enfermera y el doctor Guillermo Bareiro, quienes avisaron que aplicarían ambas drogas de por vía intravenosa.
“Ahí mi hija me dice: – mamá, ¿no me pueden poner en mi pierna?, entonces el médico hace una broma diciendo que cómo va a tener miedo si ya tiene 13 años, entonces le digo que si le van a tratar así nos vamos nomás”, relató la madre en entrevista con el SNT.
Seguidamente le inyectaron el medicamento en el brazo derecho. “Al ponerle -que no fue lento ni por goteo, me dice:- mami, tengo ganas de vomitar, después echa algo verde y ahí queda, ya no me habló más”, lamentó.
Ante el desesperado grito de auxilio de la señora, llevaron a la niña al área de reanimación, donde se percataron de que sufrió un paro cardiorespiratorio, tras lo cual la trasladaron al Hospital del Trauma, con bajísimos signos vitales.
“Me subí a la ambulancia y el doctor Bareiro que vio todo lo que pasó, se quedó ahí en vez de acompañarnos”, cuestionó la mujer.
Violeta pasó tres meses en terapia intensiva y desde entonces quedó con una parálisis cerebral severa, a consecuencia de la medicación aplicada. La condición médica de la niña es irreversible. No habla, no se mueve, ni emite señales.
Una pequeña saludable, que amaba la danza y el colegio, ingresó caminando al Hospital San Pablo para consultar por unos cólicos menstruales, quedó postrada en la cama para siempre, dependiente de costosos medicamentos para apenas existir.
“El 24 de diciembre no pudimos cenar en familia, yo con Violeta en el dormitorio con la cara triste y esos doctores con sus familias alzando las copas, mientras una criatura sufre”, reclamó la madre.
El caso sucedió un mes antes de la muerte del bebé Renato, a quien también le aplicaron ondasetron, el cual le causó complicaciones y consecuencias fatales.//DIARIO HOY
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