Miguel Aldana es un joven funcionario de la Gobernación de Itapúa que quedó con secuelas en su cuerpo luego de sufrir un accidente de tránsito 15 años atrás en el distrito de Hohenau.
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Junior, como lo llaman sus amigos, a la edad de 18 años viajaba como acompañante en un automóvil cuando en mitad del trayecto estuvo involucrado en un accidente donde él se llevó la peor parte, siendo su cabeza fuertemente golpeada. Su estado era delicado y nadie sabía si iba sobrevivir, lo más difícil era saber si se recuperaría de las lesiones y aunque lo haya hecho quedó con secuelas en su movilidad.
A pesar de las lesiones sufridas, pudo reponerse y tras un duro tratamiento volver caminar. Lo que ocurrió con Junior es un milagro ya que contra todo pronóstico fue recuperándose y se volvió independiente.
Consciente de la cantidad de personas que atraviesan situaciones como la de él, este joven los anima a superar los desafíos y a seguir adelante y fue así que se convirtió en artemarcialista, es cinturón negro segundo dan en Karate y ahora abre la posibilidad de enseñar estas artes marciales a niños con discapacidad de Encarnación y otras ciudades de Itapúa.
Junior asegura ser un milagro en la vida y que si el es un maestro de las artes marciales a pesar de su discapacidad otros también lo pueden ser.
Además esta disciplina ayuda a afrontar de manera efectiva el tratamiento médico y su idea es que a través de esta iniciativa muchos niños con discapacidad puedan superar sus temores y reponerse.
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