Las mujeres que conquistaron espacios laborales que históricamente eran ocupados por hombres, llevan a cuestas la desconfianza de lo que puedan aportar, además de burlas en formas de chistes que desnudan el machismo existente aún en la sociedad. Sin embargo, son muchas las que se desafían y no se desmotivan por la opinión de los hombres sobre sus trabajos, sobresalen y hablan con total soltura de lo que les gusta hacer.
“NO LE DAN EL MÉRITO A LA MUJER”
Jessica Fernández Gómez (25) es una de las que no se desanimaron al encontrarse entre 55 hombres y una sola mujer como ella en la carrera de Ingeniería Electrónica de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción (FP-UNA). No solo superó todas las barreras y obstáculos que pudieran existir durante los 5 años de ardua carrera, también se distinguió siendo la mejor egresada de la promoción 2016-2017. Posterior, a la defensa de su tesis en abril del 2016, investigó qué becas de posgrado se ofrecían en el exterior. Le pareció interesante el de México, se postuló y accedió a la beca del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior (CICESE), de Baja California, México, donde cursó de setiembre del 2016 al 2018 la Maestría en Electrónica y Telecomunicaciones con orientación en Instrumentación y Control, donde también se alzó con la mejor puntuación y fue mejor egresada.
“Cuando la mujer del curso es la que sobresale nunca le dan el mérito, siempre quieren desviarlo en el otro sentido que todos sabemos. De repente desanima eso pero también te alienta a tener que demostrar lo que vales (…), esa fue una de las cosas que también me impulsaron a esforzarme más siempre porque tenía que demostrar mi capacidad, que yo estaba ahí por intelecto no por otra cosa”, indicó Fernández.
“LA INGENIERÍA ME ENCANTA”
Otra que sigue el camino de conquistar sus sueños en un terreno difícil por estar ocupado mayormente por hombres es Diana Raquel Salinas Alsina (17), estudiante destacada del 3er año de la especialidad de Mecánica Industrial en el Colegio Técnico Nacional (CTN).
Ella junto con otro compañero se presentarán en setiembre en la Expo Sciencies International (ESI) en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, donde expondrán una creativa e innovadora máquina generadora de agua potable en base a la humedad del ambiente existente. Se trataría de un invento que solucionaría la problemática de la falta de agua en el Chaco.
Diana es hija de licenciados en Marketing, aunque sus padres no estaban tan de acuerdo en que se aventure en esta especialidad la apoyaron y ahora están orgullosos de su hija que representará a Paraguay en una Feria Internacional mostrando sus capacidades intelectuales y habilidades en soluciones para la vida.
Al ingresar a la especialidad de Mecánica Industrial no se encontró tan sola, tenía cuatro compañeras frente a 20 compañeros. Si bien aseguró que convive con sus compañeros normalmente, asegura que en las ferias de ciencia o encuentros donde debe demostrar sus capacidades escucha comentarios desagradables: “En las ferias escucho que los hombres dicen: seguro ella se encarga de hacer la carpeta. Que las mujeres no están para esto. Una vez fui a una visita técnica y encontré a un ingeniero a quien le comenté que quería seguir ingeniería y me dijo: eso es muy difícil para las mujeres, dedícate a la administración”, dijo sonriendo Diana. Agregó: “a mí la ingeniería me encanta, me veo haciendo esto en el futuro y comentarios como ese me motivan más a demostrar a mí misma que yo puedo hacer trabajos de tornería, soldadura, porque son cosas que me gustan mucho y mis profesores pueden decir que soy buena en eso”.
“EN CASA NO HAY MACHISMO”
Shirley Diana Ramírez Ortiz (19 años) es la joven que se hizo conocer hace un tiempo trabajando en un taller mecánico en Piquete Cué, Limpio. Desde pequeña entró al taller donde trabaja su papá. Al principio cebando tereré, después su padre le fue enseñando algunas técnicas y a los 9 años se encargó de desmontar un motor. Luego fue afianzando sus conocimientos y habilidades a través de la experiencia que iba adquiriendo trabajando con su papá y al poco tiempo después de entrar al mundo de la mecánica ya pudo bajar una caja de cambio y desarmarla por completo, un trabajo realmente complicado, pero si te gusta podés hacer. “Desde los 9 años me metí en la mecánica, mi primera experiencia fue desmontar un motor con ayuda de mi papá. Él siempre me apoyó en todo para que pueda abrazar esta profesión. Mi padre siempre me decía que me meta en el mundo de la mecánica porque además de generar buena ganancia, nunca va a terminar que hacer en este ramo y que siempre tendré buenas experiencias trabajando en lo que me gusta hacer”, relató Ramírez.
Ella atiende a varias personas en el taller mecánico, a veces cuando llegan hombres preguntan por su hermano o por su papá porque desconfían de su trabajo o simplemente creen que dañarán su motor. Luego, cuando conocen su trabajo la felicitan y la alientan a seguir trabajando en lo que le gusta.
Actualmente realiza sus estudios en Ingeniería Electromecánica en la Universidad Cono Sur de las Américas (UCSA), donde tiene 10 compañeros y una sola compañera de carrera.//FUENTE: LA NACIÓN
Este medio no se hace responsable ni partícipe de las opiniones vertidas por los usuarios de esta sección. Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales. Itapúa en Noticias se reserva el derecho de eliminar aquellos comentarios injuriantes, discriminadores o contrarios a las leyes de la República del Paraguay