La falta de terapia intensiva se cobró la vida de un recién nacido en el Hospital de María Auxiliadora, capital de Tomás Romero Pereira.
“El neonato falleció mientras se realizaba el protocolo de traslado a la capital del país”, informó ayer el director del hospital, Diego Berdejo. Dijo que no hubo posibilidad de conseguir cama en el materno infantil de Loma Pytã ni en el pediátrico Acosta Ñu ni en el Hospital Nacional de Itauguá, solo en un sanatorio privado. “El bebé tuvo dificultades para respirar y fue entubado una hora después”. El deceso ocurrió por una malformación congénita, hernia diafragmática.
La directora de la VII Región Sanitaria, Romina Sanabria, explicó que la madre de la criatura, diabética, tuvo un bebé macrosómico (muy grande), en una cesárea de urgencia. En el Hospital Regional de Encarnación hay cuatro lugares de terapia intensiva pediátrica, que estaban ocupados. Tampoco hay terapia intensiva para menores de 15 años, por lo que cuando se requiere son derivados indefectiblemente a otros puntos del país, a través del Servicio de Emergencias Médica (Seme).
Sanabria explicó que el Instituto de Previsión Social de Encarnación cuenta con cuatro camas de terapia intensiva para niños, pero la atención es solamente para asegurados. “En casos de urgencia para los no asociados la internación se realiza previa orden cautelar a través de un juzgado de paz”, dijo.
“Cuando se construya el Gran Hospital del Sur, la promesa es que el Regional sea acondicionado como Materno Infantil”, anunció Sanabria. La falta del servicio obliga a que niños en riesgo de muerte sean sometidos a largos viajes para llegar a los centros asistenciales de mayor complejidad. Solo en el Hospital Regional encarnaceno nacen al año 3.000 niños, el segundo con más alumbramientos del país. // ABC DIGITAL
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