La Universidad de Buenos Aires (UBA) dicta cursos de idioma guaraní y es creciente el interés de alumnos que se anotan para aprender esta lengua originaria, hablada por cerca de 12 millones de personas en Argentina, Paraguay, Brasil y Bolivia.
La difusión de esta lengua nativa dio un paso importante con su enseñanza en la UBA, reconocida no sólo por su excelencia educativa como la mayor universidad argentina, sino también porque es uno de los centros de altos estudios más prestigioso de América.
El Territorio dialogó con la licenciada en Letras Alejandra Elichabe, quien dirige el Laboratorio de Idiomas, donde se enseñan desde el año 2015 tres lenguas originarias: guaraní, quichua y mapuche. Además de alemán, coreano, japonés, portugués, armenio, español, inglés, lengua de señas argentina, chino, francés, italiano y ruso.
¿Cómo funciona el laboratorio de idiomas?
El Laboratorio de Idiomas de la UBA trabaja desde 1986 y depende de la Facultad de Filosofía y Letras. Brinda su servicio educativo durante los doce meses del año y tiene la particularidad de no ser exclusivo para los alumnos de la universidad, sino que está abierto a toda la comunidad. Actualmente posee una matrícula de 12.000 alumnos inscriptos en diferentes cursos.
¿Cuándo se empezó a enseñar guaraní en la UBA y por qué?
En el ámbito de la Facultad de Filosofía y Letras hay muchos investigadores trabajando en las lenguas originarias, es algo que siempre estuvo en el campo de extensión universitaria . Y, a partir del 2015 se lo pasó al ámbito del laboratorio con el objetivo mantener una enseñanza activa de estas lenguas, como un aporte a la revalorización de las culturas originarias.
¿Hay muchos alumnos que buscan aprender el idioma?
Se trata de un abanico muy amplio de estudiantes entre los que figuran muchos hijos o familiares de personas que pertenecieron a esas culturas, que buscan conectarse con esa parte de su identidad de origen. Notamos actualmente una revitalización de estas lenguas por parte de jóvenes con raíces en esas comunidades.
Asimismo, hay muchos antropólogos, sociólogos e investigadores que están trabajando en proyectos relacionados con esas culturas. También hay gente del ámbito de la música y del arte que se interesa en aprender. Incluso, muchos extranjeros que vienen a vivir a Buenos Aires por algún intercambio cultural se anotan en los cursos para aprender lenguas nativas del país que visitan.
“Hay muchos interesados en aprender este idioma”
Thomas Valenzuela (31) nació en Piribebuy y en 2012 migró a Buenos Aires, donde actualmente trabaja como profesor de guaraní en el Laboratorio de Idiomas de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
En diálogo con El Territorio, el abogado contó que se dedica a enseñar sobre la lengua nativa que aprendió en el seno de su familia paraguaya, ya que además es un ferviente militante de la idea de que para mantener una cultura viva es necesario hablar su idioma.
“El guaraní es una lengua muy ligada a la naturaleza y al contrario de lo que se cree es fácil de aprender. Sólo es cuestión de entender la cosmovisión de esta cultura para comprender sus estructuras gramaticales y cuando menos te das cuenta ya estás hablando y entendiendo este código tan rico en sonoridad y expresión”, señaló.
Valenzuela explicó que Paraguay es un país bilingüe en el que el guaraní y el español son hablados por toda la población y enseñados en todas las escuelas luego de la reforma constitucional de 1992.
Con respecto a la demanda que tienen los cursos de guaraní en la UBA, el profesional destacó: “Cada vez que me encuentro con algún paraguayo que se entera que enseño nuestra lengua me pregunta lo mismo: ‘¿Hay gente que no sea paraguaya y que quiera aprender guaraní?’. Y a todos les respondo que felizmente hay ciudadanos de todas partes del mundo que se interesan en aprender y que eso lo veo a diario en la universidad por la que transitan jóvenes no sólo de Buenos Aires y países limítrofes, sino también desde Europa y Asia (por intercambios estudiantiles). Ellos también se anotan para aprender guaraní, un idioma que les sirve para regresar a sus lugares con el plus de haber adquirido conocimientos sobre una lengua nativa de esta parte del mundo”, sostuvo el profesor.
Asimismo, Valenzuela resaltó que “hay muchos argentinos, hijos o nietos de paraguayos, que llegan interesados en aprender guaraní, porque es un idioma que los acerca a sus ancestros. Es que ‘quiero entender los chistes en guaraní en la mesa de los domingos’, me dicen”.
Incluso señaló que hay docentes de muchas escuelas del conurbano bonaerense y de distintas villas que tienen entre sus alumnos a niños paraguayos. Motivo por el que también buscan aprender guaraní, para poder enseñarles mejor. “También, muchos historiadores, lingüistas y sociólogos están haciendo trabajos de campo donde necesitan manejar esta lengua y por eso se instruyen”, explicó Valenzuela.
Finalmente, el profesor señaló que la instrucción sobre la lengua guaraní está más ligada a una cuestión afectiva que laboral: “Las motivaciones para aprender éste o cualquier idioma originario son mas bien del plano afectivo o por el interés en conocer un poco más sobre la cultura. Algo muy distinto a los motivos que impulsan estudiar inglés, que están relacionados a una cuestión laboral o económica”. FUENTE EL TERRITORIO
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