Nuestro país ocupa el quinto lugar como productor global de soja, donde Itapúa es el segundo departamento con mayor superficie de siembra.
La producción de soja convirtió a Paraguay en una potencia agrícola, destaca el medio argentino Clarín en su encabezado publicado durante este domingo.
En el artículo se describe el posicionamiento del agro paraguayo como el quinto productor global de soja y se proyecta un salto productivo importante en los próximos diez años.
Así describe Clarín la producción sojera de nuestro país:
En los últimos 20 años, Paraguay triplicó el área sembrada con soja; y en este mismo periodo la producción agrícola se transformó en el sector fundamental de la economía del país, con una participación en las exportaciones de 35% del total en 2017, que representó 36,6% del PBI; y un año después trepó a 40% del total de las ventas externas.
El volumen de las exportaciones del grano de soja ha aumentado 561% entre 1995 y 2018, lo que implicó un alza anual acumulativa de 7,8%. Las exportaciones de soja pasaron de 1,07 millones de toneladas en 1995 a 6,03 millones de toneladas en 2018.
Esto fue acompañado con un alza proporcional de la industria oleaginosa, que aumentó 244% en ese período, y pasó de 4.640 toneladas diarias en 1997 a 15.940 toneladas por día en 2018.
Esto ha hecho que nuestro pais se convirtiera en el quinto productor mundial de soja y en el cuarto exportador del complejo sojero (Brasil, Estados Unidos, Argentina y Paraguay).
Esta formidable transformación tiene un correlato necesario en el excepcional dinamismo del sector logístico, con la creación de más de 5.000 barcazas de transporte fluvial, lo que convierte y posiciona a Paraguay en el líder inequívoco de la navegación fluvial de América Latina, y en el tercero del mundo, después de EE.UU. y China.
La Bolsa de Comercio de Rosario, Argentina, señaló en un estudio realizado en noviembre de 2019 que la agricultura empresarial paraguaya comenzó a desplegarse intensamente en las décadas del 70’ y el 80’, con la comunidad brasileña-paraguaya (“brasiparaguaya”) cumpliendo un papel fundamental en esta extraordinaria innovación, al punto de que el área sembrada de soja, sobre todo en la región del alto Paraguay, se cuadriplicó entre 1990 y 2018/2019, hasta alcanzar a 3,6 millones de hectáreas, destaca el medio.
Hasta entonces la producción agrícola estaba en manos del campesinado paraguayo que realizaba prácticamente en forma exclusiva un sistema de autoconsumo, ajeno a las reglas del mercado, y virtualmente ausente del comercio internacional. Este campesinado fue la base histórica de la sociedad paraguaya, surgida de las comunidades guaraníes organizadas por la Compañía de Jesús.
El departamento de Alto Paraguay –poblado esencialmente por los “brasiparaguayos”- concentra 25% del total de la superficie sembrada, con 906.000 hectáreas, seguido por el departamento de Itapúa (692.000 hectáreas, 19% del total) y Canindeyú (635.000 hectáreas, 18%).
La expansión de la superficie sembrada es ampliamente factible, debido a que más de 1 millón de hectáreas de tierras fértiles no utilizadas se encuentran en la región oriental a las que hay que sumarles más de dos millones de hectáreas de tierras potencialmente aptas en el Chaco Paraguayo, al oeste del río Paraguay. El cultivo de estas tierras depende del desarrollo de la infraestructura vial, y de un proceso tecnológico de recuperación del suelo, como los que ha realizado Embrapa en el Cerrado brasileño.
En las últimas dos décadas, Paraguay ha duplicado la productividad del maíz que es un cultivo intrazafra, lo que significa que no se siembra en verano, sino después de la cosecha de soja para asegurar la rotación de la producción. El éxito de la cosecha de maíz está necesariamente vinculado con el desarrollo de la siembra directa, que fue la gran innovación en Argentina. La productividad del maíz por hectárea se ha duplicado en los últimos 10 años, hasta registrar 5.500 kilos en 2018.
En el agro paraguayo se realizan dos cosechas de soja por año, con un cultivo de segunda (“zafrinha”) que tiene una participación de 10% en la cosecha total, lo que representa unas 760.000 hectáreas sobre las 3,6 millones que se sembraron en 2018.
Todas las grandes transnacionales de la alimentación han realizado importantes inversiones (IED) en la industrialización de la soja, que representa más de 25% del total de la IED entre 2003 y 2013.
En el conjunto de la agroindustria, el rubro del aceite ha sido el que mayor atracción de capitales extranjeros ha tenido con un total de U$S 235 millones en ese periodo (unos U$S 7 millones anuales).
Entre las grandes transnacionales presentes en el Paraguay se encuentran Archer Daniels Mindland (ADM), y el proyecto conjunto que realizan en la zona de Villeta, al sur de Asunción Louis Dreyfus, Bunge y la Argentina AGD (Copraga).
Hay que prever un salto de la producción agrícola paraguaya potenciada por su pujante flota fluvial de barcazas en la próxima década.
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