INCENDIOS YA DEVORARON 350.000 HECTÁREAS EN EL GRAN CHACO

Hasta ahora han sido afectadas por el fuego más de 350.000 hectáreas en el norte del Gran Chaco Sudamericano, según un cálculo del Sistema de Alerta del Pilcomayo. La misma fuente señala que los grandes incendios son “un desastre ambiental mucho mayor, en superficie y perjuicios a la naturaleza, que las inundaciones de 2018 del Pilcomayo. Y esta vez provocado por el hombre”.

Según estos cálculos, en el Pantanal paraguayo, incluida la Reserva Tres Gigantes y el Parque Nacional Río Negro, los incendios devoraron ya unos 19.000 hectáreas. En la zona del Monumento Natural Cerro Chovoreca fueron destruidas aproximadamente 13.000 hectáreas. En el Pantanal brasileño se devoraron aproximadamente 39.000 hectáreas. Un poco más, en la zona de Otuquis y municipio de Corumbá, se perdieron ya unas 110.000 hectáreas por los fuegos.

En Bolivia, la situación parece más complicada. Solo en la reserva Ñemby Guasu, que colinda en una parte con la frontera de Paraguay, se perdieron ya 193.000 hectáreas. Aquí, el fuego se debilitó en algunas partes, pero sigue avanzando hacia la zona fronteriza con Paraguay.

A esto se debe sumar otro medio millón de hectáreas, que se están incendiando en la Chiquitanía boliviana, una extensa llanura ubicada en la zona transitoria entre el Gran Chaco y la Amazonia.

Además de las pérdidas directas para pobladores y productores de las zonas afectadas, el daño ecológico es incalculable. Organizaciones ambientalistas de Bolivia hablan de más de 500 especies de fauna, algunas endémicas, afectadas por los voraces incendios.

En Bolivia no existe ninguna duda de que los incendios en dicho país son producto de los “chaqueos”, las quemazones que realiza el hombre a esta época del año, una actividad común en el sector agropecuario. Para reparar todo el daño ecológico ocasionado hasta ahora en Bolivia, la naturaleza necesitaría unos 200 años, según un cálculo realizado por el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Santa Cruz.

En el Chaco paraguayo antes se escuchaba frecuentemente la frase de que el bosque chaqueño no quema. Hoy, la situación es diferente, han cambiado las condiciones, que favorecen una más rápida propagación del fuego, con el cambio de uso del suelo a favor de la implantación de pasturas y más vientos.

Según algunas fuentes, este año, las llamas se han propagado también con mayor facilidad, debido al incremento de la vegetación baja, como consecuencia de las tantas lluvias seguidas e inusuales en la región, en los primeros meses del año.//ABC DIGITAL


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