El billete, que desde este viernes se distribuirá progresivamente en todo el país, tiene como figura central al hornero. Se sumará así a la familia de «animales autóctonos de Argentina», que ya tiene circulando a los billetes de 500 (que tienen un yaguareté), el de 200 (ballena franca austral) y los nuevos e 20 pesos (guanaco).
El nuevo billete tiene una cara vertical (anverso), donde aparece la reproducción del animal. El reverso, por el contrario, tiene formato horizontal.
Como todos los miembros de la nueva familia de billetes, este billete nuevo cuenta con un elemento dedicado a llamar la atención del público infantil. En este caso, luce una representación de un pichón de hornero en el ángulo inferior izquierdo.
De acuerdo con el BCRA, entre las principales medidas de seguridad del billete, se destacan en el anverso, la marca de agua, que reproduce el retrato del hornero y presenta, centrada en la parte inferior, la denominación “1000”.
El hilo de seguridad principal cuenta con una banda aventanillada de color marrón. Además, posee un hilo de seguridad secundario, una fina banda integrada que puede verse al trasluz.
Asimismo, como motivo de complementación frente-dorso, muestra una huella parcial del ave, ubicada a la izquierda de la marca de agua. Y en la impresión calcográfica puede verse un retrato del hornero y el código para personas con discapacidad visual con un relieve perceptible al tacto.
Cuando comenzó la convertibilidad, el billete mayor era el de 100 pesos. En ese momento, entonces, equivalía a 100 dólares. En cambio hoy este nuevo billete de mil pesos, aunque pasó a ser el más alto, trasladado a la moneda estadounidense se transforma en poco más de 58 dólares.
Según el Banco Central, el costo unitario de cada billete de $ 200 y de $ 500 es de aproximadamente $ 1,65 mientras que cada billete de $1.000 cuesta cerca de $1,90. En tanto el costo de los de $ 100 es de $ 1,47 por unidad.
Por lo tanto, la fabricación para abastecer la demanda de billetes de alto valor le insumirá al Central un gasto de impresión de $ 933 millones en 2017. Según la entidad, si lo hubiese hecho sólo con los viejos billetes de $ 100, el costo total incurrido hubiese sido de $ 3.491 millones. Así, las nuevas denominaciones permitirían ahorrar $ 2.558 millones este año, explicaron.
PARA QUE ESTÉN EN LOS CAJEROS HABRÁ QUE ESPERAR
El billete comenzará a aparecer desde hoy en los bancos, que primero los usarán para las operaciones en ventanilla. Como suele suceder, pasará un tiempo más hasta que empiecen a expenderse en cajeros automáticos, que deben ser programados para su incorporación.
«Si se entregan rápido, recién en 15 días ya podrán estar en el cajero», le dijo a Clarín Jorge Larravide, gerente comercial de Red Link.//Clarín
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