Llama la atención que de 87 casos denunciados en el 2016 en la sede de Defensa al Consumidor de la Municipalidad de Encarnación, solo 2 terminaron con sentencia a favor del denunciante, otros 2 a favor del comercio y 83 fueron desestimados por supuestos acuerdos entre las partes. Conociendo que en su gran mayoría los denunciantes son turistas, los mismos muchas veces prefieren evitar todo el calvario que significa pasar por un proceso judicial, renunciando a sus derechos y quedando el caso impune. A esto se suma que la oficina solo atiende hasta el mediodía por lo que si un hecho denunciable ocurre en horario vespertino, no puede concretarse por encontrarse cerrada. Por otra parte el Intendente Municipal había anunciado la instalación de una oficina de Defensa al Consumidor en el Circuito Comercial tras las primeras denuncias realizadas en el año 2016 pero hasta el momento nada se ha concretado.
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Ante estos datos expuestos por nuestro medio, los responsables de esta dependencia municipal argumentaron que actúan bajo el manual del procedimiento, dedicando varios minutos a detallar las leyes que los excusan de toda responsabilidad basados en el sistema burocrático de esta dependencia, en donde al final el comerciante denunciado generalmente no recibe ningún tipo de sanción por las autoridades competentes, aún cuando estos hayan recibido más de una denuncia por casos similares. “Hecha la Ley hecha la trampa” diría el refrán, ya que los enormes baches legales de esta oficina permite que el comerciante con intenciones inescrupulosas camine sobre la cortina de la impunidad buscando cansar al denunciante y si no lo consigue puede proponer un arreglo sin que quede registro alguno de su proceder ya que solo si hay una sentencia firme por parte del Juez de Faltas de la Municipalidad esto genera un precedente.
Sólo en 2017 ya se contabilizan más de 16 denuncias, de los cuales ninguna cuenta con sentencia firme, por lo que urge una modificación en la carta orgánica de esta sensible dependencia municipal que pueda generar un corte definitivo a los comerciantes inescrupulosos.
