El Ministerio Público, representado por la agente fiscal Natalia Elizabeth Montanía, propició una condena de 30 años de prisión al exguardia de seguridad del Poder Judicial Wilson Miguel Scappini Villalba (28), quien en junio del 2020 había asesinado brutalmente a la juez Diana Eveline Mereles Duarte, en la ciudad de Hernandarias. El juicio oral y público concluyó este lunes 31 de mayo en el Poder Judicial de Ciudad del Este, luego de varias semanas de deliberaciones.
La fiscal Montanía produjo un cúmulo de pruebas documentales y testimoniales para demostrar la autoría del acusado y pidió la pena máxima prevista en la legislación paraguaya, que es de 30 años de prisión. De igual forma solicitó 10 años de medida de seguridad a raíz de la peligrosidad del criminal, quien asesinó con saña a la magistrada, según quedó demostrado en el debate público.
No obstante, el Tribunal Colegiado de Sentencia -presidido por la juez Flavia Lorena Recalde y conformado por los magistrados Milciades Ovelar y Carlos Vera Ruiz- aplicó 25 años, más 5 años de medida de seguridad, totalizando 30 alos de prisión a Scappini Villalba, quien compurgará la condena en julio de 2050.
Según los antecedentes, el asesinato ocurrió el 27 de junio del 2020, en horas de la tarde, en el predio del Poder Judicial, ubicado en la calle Uruguay casi Juan E. O’Leary del barrio San Antonio del distrito hernandariense.
Aquel sábado, Diana Eveline -quien cumplía funciones como juez Civil, Comercial y Laboral del segundo turno- acudió al Juzgado para trabajar sobre los expedientes que estaban con cuestiones pendientes de resolución o trámite.
Cerca del mediodía, se valió del funcionario Miguel Ángel Samudio Lezcano para que le compre el almuerzo como lo hacía habitualmente, mandó comprar también para el guardia de seguridad de turno, en este caso Wilson Miguel. La magistrada almorzó en su despachó y continuó trabajando hasta la tarde. A las 15:07 dio aviso al personal de seguridad que se retiraría.
En ese momento, el guardia subió al segundo piso, tomó un extintor que estaba adherido por la pared, interceptó a la juez y sin mediar palabras le aplicó golpes en el rostro. A raíz de la agresión, la víctima echó en el suelo su bolso, termo y otros objetos que llevaba.
Diana Eveline cayó por las escaleras hasta el entrepiso, momento en que comenzó a forcejear con su agresor que había bajado detrás de ella. Allí, se activó el extintor, dejando rastros de polvo químico en las escaleras y el entrepiso. Ambos descendieron hasta la planta baja, en todo momento la magistrada gritaba desesperadamente, pidiendo auxilio y clamando al criminal que no la matara. Ínterin que el Scappini se apoderó de un cable que servía de alargue y estranguló a la mujer, luego la arrastró hasta el pasillo de la Defensoría.
Después, el asesino tomó una piedra que era utilizada para sujetar una mesita posa biblia y le aplicó varios golpes en la cabeza a la jueza. Durante 40 minutos el homicida torturó a su víctima, hasta provocarle la muerte, según quedó probado en el juicio.
Seguidamente, el asesino se cambió de ropas, dejando en el lugar su campera, camisa y pantalón, que estaban con mancha de sangre y rastros de polvo químico resultante del extintor.
Acto seguido, revisó la cartera de la juez y sustrajo 300 dólares, además de la llave de su vehículo para dirigirse al estacionamiento, donde abrió las puertas del rodado y comenzó a buscar más dinero. Posteriormente, se fue hasta una boutique denominada «Cynthia». De allí, compró una remera y un pantalón con el dinero sustraído, a fin de cambiarse. Finalmente se retiró del lugar con paradero desconocido.
En aquel entonces, las circunstancias descritas fueron corroboradas por el ciudadano Justo Ángel Rotela, guardia de la empresa Sevipar, encargado de la cobertura de seguridad del edificio judicial en horario nocturno. El citado llegó a su puesto a las 18:00 de aquel 27 de junio, pero no encontró al personal que debería estar cubriendo el puesto.
Al no poder contactar con el vigilante de turno, Rotela se comunicó con el jefe de seguridad y a la vez padre de Wilson Miguel, el señor Pedro Scappini, quien se apersonó en el lugar. Treparon la muralla a través de un inmueble adyacente e ingresaron al edificio. Allí, comprobaron el desorden existente y encontraron a la juez Diana Eveline, sin signos de vida. Inmediatamente comunicaron el hecho a la comisaría de la zona y al Ministerio Público.
Desde un principio, el principal sospechoso del brutal crimen fue Wilson Miguel Scappini Villalba. La Fiscalía ordenó su detención preventiva, hasta que al día siguiente fue privado de su libertad y sometido a proceso. Finalmente, este 31 de mayo fue sentenciado a 30 años de pena carcelaria.
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