Hace unas semanas tomó conocimiento público el nombre de Pedro Grismeyer, por ser un presunto estafador involucrado en lo que sería una organización criminal que se dedicaría al hurto de vehículos, la falsificación de documentos y la estafa a los compradores de sus rodados.
El día de hoy Pablo Daniel Zalazar, habló con nuestro medio para contarnos la historia de cómo resultó víctima colateral de este sujeto, que estuvo detenido semanas atrás, trasladado a Ciudad del Este y ahora beneficiado con prisión domiciliaria en Encarnación. Pablo hace unos tres meses, mientras fue a Buenos Aires para trabajar, había dejado un vehículo a su amigo a quien identificó como Angel Ramos, donde supuestamente habían acordado llevar el rodado de la marca Mercedes Benz modelo E320 a reparación para luego venderlo. Allí es cuando aparece Pedro Grismeyer, quien sería amigo de Angel Ramos, que a través de la persuasión habría tomado la posta para realizar la venta del vehículo, que nunca más volvió a aparecer hasta el día de hoy.
Según comentó Pablo Zalazar, Grismeyer habría falsificado un contrato de compraventa en la que figuraba como vendedor su padre fallecido y como comprador el mismísimo Pedro Grismeyer. A raíz de esto, en un mes comenzó una sucesión de cadenas de contratos de ventas en distintas ciudades y a nombre de distintas personas, todas presumiblemente apócrifas.
Tras todo esto, el supuesto estafador habría podido vender el vehículo con «nuevos documentos» a una persona en el Barrio Quiteria, que sería otra víctima, ya que compró el vehículo de buena fe. Pablo Zalazar volvió de Buenos Aires para realizar una nueva denuncia en la Comisaría 1°, comenzar una investigación y localización por su cuenta, logrando ubicar su vehículo, heredado de parte de su padre fallecido, en el mencionado barrio dentro de un taller.
El denunciante pidió justicia en conversación con nuestro medio y lamentó el pésimo trabajo de la Policía Nacional y la Fiscalía, que en sus propias palabras, no pudieron ubicar en tres meses el vehículo que estaba en Encarnación y además aún no lo incautaron.
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