Desde Perú, Sandra contactó días atrás con Itapúa en Noticias teniendo la esperanza de que a través de nuestro medio de comunicación, pueda llegar a reencontrarse con su familia y conocer sus raíces. Fue así que el jueves publicabamos su historia con la esperanza de encontrar a sus familiares que,según ella suponía, estaban residiendo en el distrito de Mayor Otaño.
Sandra Dos Santos, recordó que tenía unos cuatro o cinco años de edad cuando fue entregada a una vendedora y desde ese momento todo contacto con su familia se cortó.
Los vaivenes de la vida llevaron a Sandra a vivir en el Perú donde formó una familia pero su sueño siempre fue reencontrarse con sus raíces.
En la tarde de ayer, tras la publicación de su historia en Itapúa en Noticias, empezó a recibir varias llamadas de personas que aseguraban ser sus familiares y fue así que poco a poco fue reconectando sus vínculos e identificando a su familia materna.
Inmediatamente Sandra comenzó a hablar con sus primos y tíos, y minutos más tarde al fin pudo contactar con su madre que en este momento está residiendo en la ciudad de Buenos Aires y que también se contactó con IN asegurando ser la mujer buscada. «Fue algo maravilloso, por más que nuestro encuentro fue virtual no pudimos evitar emocionarnos, es una sensación inigualable, no se puede explicar», señaló.
«Lo primero que hicimos fue llorar, hablamos de lo mucho que nos amamos y que me buscó pero ya no me pudo encontrar, pero que siempre fui el amor de su vida», relató emocionada.
En el momento que habló con sus tíos y primos, se dio cuenta que eran ellos «esa cara no se olvida», dijo asegurando haber encontrado sus raíces.
Durante su búsqueda, Sandra inclusive llegó a viajar hasta Mayor Otaño, en busca de la familia Paniagua pero al llegar encontró todo muy diferente a lo que recordaba y no fue capaz de encontrar a nadie que recuerde el caso de una niña de cuatro años entregada a una vendedora.
“Mi última esperanza era que con la publicación en el portal de noticias tenga alguna información de mi familia pero luego de 30 años buscando ya no me quedaba mucha esperanza y en menos de 24 horas mi teléfono no paraba de sonar” relató emocionada entre lágrimas Sandra
Ahora aguardan ansiosas que las restricciones sanitarias puedan levantarse y buscar un lugar en común para reencontrarse que posiblemente será la capital Argentina.
«Yo ya no tenía esperanzas, pero ustedes me aseguraron que iba a aparecer y así fue, no tengo palabras de agradecimiento por haberme ayudado», sentenció.
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