El juez Julián López decretó este martes el arresto domiciliario para la madre del niño de 9 años demorado tras hallarse en su poder un revólver calibre 38, en el barrio Zeballos Cué de Asunción.
La mujer, de 34 años, fue beneficiada con la medida alternativa a la prisión a pesar de que el Ministerio Público solicitara su prisión preventiva.
En su contra pesa una imputación por violación del deber de cuidado y educación y resistencia, luego de que su hijo de 9 años fuera encontrado con un arma de fuego.
De acuerdo a lo informado por el medio Última Hora, el fiscal Aldo Cantero fue quien tomó intervención del caso y dispuso el traslado del niño de 9 años a una casa hogar en la ciudad de La Colmena, Departamento de Paraguarí.
A su corta edad, el pequeño ya contaba con 38 denuncias por parte de vecinos del barrio Zeballos Cué de Asunción.
En cuanto a la madre, cuenta con varias causas abiertas en su contra y fue recluida anteriormente en el Buen Pastor. La misma fue liberada con medidas provisionales.
Las autoridades constataron que al momento de su demora, el niño se encontraba bajo los efectos del alcohol.
En el caso también tuvieron participación el Viceministerio de la Niñez, la Consejería Municipal por los Derechos del Niño, la Niña y el Adolescente (Codeni), y la Defensoría de la Niñez.
Los nombres del niño y de su madre se omiten en cumplimiento del artículo 29 del Código de la Niñez y la Adolescencia, que prohíbe la publicación de datos que posibiliten identificar a los menores de edad en condición de víctimas o supuestos autores de hechos punibles
“Modus operandi”
En una entrevista con el diario La Nación, una vecina manifestó que “Chiquito» es el autor material de todos los hechos en compañía de su hermana de 12 años. Acusa de que detrás de ambos menores de edad se encuentran su madre con frondosos antecedentes, entre ellos tentativa de homicidio, lesión grave, hurto agravado, entre otros actos delictivos.
Su “modus operandi” es ingresar a las viviendas, sustraer todo lo que puede y luego cuando se ve descubierto, el entrega los objetos robados a otros niños de su pandilla, para después repartirse el dinero de lo vendido.
“Les invita a ellos (los otros niños) a tomar helados, al ciber, al play y de esa manera él se gana la simpatía de los demás menores», refirió.
El 11 de enero del 2019 presentaron una nota para pedir que salgan del Barrio San Francisco en contra del niño cuando la madre estaba presa, porque supuestamente trató de matar a su vecina, a quien le dio varias puñaladas.
Dada esta situación, los niños comenzaron a delinquir apañados por la abuela. Ambas mujeres son las que reducen lo robado, teniendo en cuenta que subsisten mediante ello.
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