La leucemia es una de las neoplasias malignas más frecuentes en niños. De cada 70 nuevos casos de cáncer de la sangre, al menos 40 diagnósticos pertenecen a esta afección.
“Tenemos las leucemias agudas, que son las más frecuentes en niños, y las crónicas que son pocas. Las agudas se clasifican en linfoblásticas y mieloblásticas. Las mieloblásticas son las que a la primera recaída necesitan ir a trasplante de médula”, explicó la jefa del Departamento de Oncohematología, Jabibi Noguera.
Básicamente se tienen dos opciones para la obtención de células madre. Por una parte se cuenta con un procedimiento denominado trasplante autólogo, también conocido como autotrasplante. El proceso se da mediante la extracción de sangre periférica (del brazo).
“El autólogo es en el que hacemos una megaterapia agresiva en el paciente. Previo al tratamiento le estimulamos para que genere células madre y vayan a la sangre periférica. Eso lo tomamos con una máquina de aféresis, congelamos el material y luego le reinfundimos al paciente”, explica la profesional.
En palabras simples, la terapia depende del mismo tejido del pequeño. También existe un proceso llamado trasplante alogénico, que consiste en la infusión de un tejido extraño, pero con alto grado de compatibilidad.
En el marco de este procedimiento, que abre las puertas a nuevas alternativas de tratamiento, se presenta el Registro Nacional de Médula Ósea del Paraguay (Redomepy).
Esta es una oportunidad de vida para todas aquellas personas que requieren de un trasplante de médula ya sea o no de un donante emparentado.
Sin embargo, Noguera explicó que no todos los diagnósticos precisan de este procedimiento, puesto que en casos como las leucemias linfoblásticas agudas (LLA) solo un 10% al 15% se somete a la cirugía como última opción de tratamiento.
Asimismo, señaló que los trasplantes de médula no son de exclusividad para los cuadros de leucemia, sino también para enfermedades autoinmunes, anemias aplásicas y otros cánceres benignos.
“Si el paciente no tiene un hermano compatible, entonces tiene la posibilidad de acceder a un banco de donantes. Es una alternativa válida para llegar a tener esa posibilidad de hacer el trasplante”, destacó la médica de planta, María Liz Benítez.
Formar parte de la lista requiere de simples pasos que, por supuesto, aún no conlleva la propia extracción de la médula. Como primeros requisitos los interesados en formar parte del registro deben tener de 18 a 50 años de edad y pesar más de 50 kilos.
Los potenciales donantes deben llenar un formulario proveído por el Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT), completando sus datos personales, números de contacto y una firma de autorización.
Para la obtención de la muestra solo se requiere un hisopado de la mucosa oral, la cual se obtiene de mano del propio donante para luego ser enviada hasta un laboratorio en donde será tipificado.
Una vez que el resultado esté listo, los datos son cargados confidencialmente a un software que solo la INAT tendrá potestad de manejar.
A la espera del retorno a casa
Cristian Librado Benítez, de 12 años, es uno de los pacientes pediátricos que necesita de un trasplante alogénico. Recibe tratamiento desde hace nueve meses en el Acosta Ñu y lucha contra todo pronóstico para volver a estar con sus tres hermanos, que están en Encarnación, Departamento de Itapúa.
Pasan los días en los pasillos del hospital con su madre, Alicia Beatriz Cabrera, quien lo acompaña en cada minuto y le ayuda e enfrentar sus miedos.
Su diagnóstico también es de leucemia. Hasta ahora le tocó sobrellevar dos fuertes recaídas, una de ellas lo dejó 11 días en terapia intensiva.
“En la terapia intensiva perdí las esperanzas, después me puse a rezar y me animé un poco más”, recuerda Beatriz. Según contó, este episodio lo vivieron en agosto pasado y aunque hoy está de pie, las esperanzas se centran en un donante compatible.
Aunque la idea parezca simple, llegar hasta un donante implica, más que una compatibilidad médica, derribar tabúes y temores que rodean a la problemática.
“Son 48 horas de internación. El donante se interna una noche antes del procedimiento para evaluar la idoneidad. Permanece en ayunas ocho horas en la mañana de extracción. Después del procedimiento, de 30 minutos, ya recibe alimentos y no se le administra antibióticos”, comentó la doctora Benítez.
En ese sentido, resaltó que, en oportunidades, se precisan de transfusiones de sangre. Ello depende siempre del volumen de médula que fue extraída.
“Si requiere transfusiones se realiza en el transcurso del día. No permanece internado mucho tiempo ya que la persona es sana y la médula se regenera, no creamos una condición de déficit en el donante”, precisó.
Respecto a posibles secuelas a nivel motor, aclaró que la célula madre se obtiene del hueso y en ningún momento tiene un punto de conexión con la médula espinal, por lo que se descarta eventuales daños en los nervios que puedan provocar alguna discapacidad física.
“La médula esta alojada en el interior de un hueso. Entonces lo que se punza es el hueso, que no va a incidir en ningún momento en la posibilidad de caminar”, precisó la médica, al momento de reiterar que un bajo porcentaje de extracciones se realizan con punciones a la altura de la cresta iliaca.
Una gran responsabilidad en medio del desafío
Si bien el registro nacional representa una gran oportunidad para este sector afectado, también requerirá de un redoble de esfuerzo por mejorar las condiciones en el sistema de salud.
El director de la INAT, Gustavo Melgarejo, comentó que son tres los centros asistenciales que serán puestos a punto para abrir las puertas a estas intervenciones. El Hospital de Clínicas, el Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñu y el Instituto de Previsión Social (IPS). Este último ya habilitó sus primeras cirugías en el 2018.
“Necesitamos desarrollar capacidad técnica, capacidad en recursos humanos e infraestructura hospitalaria en vista de que tiene un requerimiento especial, porque, en realidad, en el trasplante de médula los cuidados son sumamente exigentes”, sostuvo.
El Registro Nacional de Donantes de Médula Ósea representa un nuevo desafío para el sistema de salud.
El Registro Nacional de Donantes de Médula Ósea representa un nuevo desafío para el sistema de salud. Foto: José Molinas.
Entre las necesidades se incluyen las tres drogas para el procedimiento alogénico, cuyo uso se da en la etapa conocida como inmunosupresión y se realiza los días previos a la intervención quirúrgica.
Su adquisición para Clínicas y el Pediátrico Acosta Ñu se enmarca dentro del proyecto presentado ante el Congreso Nacional, cuya finalidad es darle un marco legal y ampliar los recursos financieros abocados a la causa.
En ese sentido, el titular de la INAT apuntó que cada trasplante alogénico tiene un costo que oscila los G. 300 millones. Para este año, según indicó, se presupuestaron para un total de cinco procedimientos.
Desde la jornada de captación, el pasado 31 de agosto, se sobrepasó la meta de los 1.000 inscriptos y así Paraguay ingresó al Registro Mundial.
De esta forma también se abrirán las puertas para acceder a un donante que esté fuera del territorio nacional.//ÚLTIMA HORA
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