Su dignidad humana terminó. Fue tragada por un pozo, literalmente, yendo a parar a una fosa común junto con su vida. Quedó ahí, sepultada sin el más mínimo respeto, dejando un sentimiento de impotencia y dolor en aquellos que contemplaron las imágenes.
El covid-19 se ocupó de mostrar a todo el mundo la cara del peor momento. Se hizo sentir en medio del pico de contagios y muertes. Pero más allá de las altas cifras que hoy golpean, un solo caso bastó para demostrar que la necesidad duele mucho.
A unos 650 kilómetros de Asunción está la ciudad de Puerto Casado, en el Chaco. Ese lugar fue escenario de una realidad tan macabra como dolorosa.
Envuelto en una bolsa y trasladado en un acoplado de tractor, fue enterrado en un pozo el cuerpo sin vida de un hombre mayor a 60 años, quien ante la falta de recursos y espacio en el sistema hospitalario perdió esta dura batalla al covid-19 luego de 6 días de internación.
“No tenemos servicio fúnebre, y no es solo eso: la persona que fabrica los cajones no podía dar uno y tuvimos que ver otra forma, esa era nuestra opción. Llamamos a la Municipalidad y eso fue lo que tenían”, dijo a Crónica el director del puesto de salud de Puerto Casado, Dr. Emigdio Riveros.
El terrible episodio quedará grabado a fuego en los pobladores y recorre todo el país generando indignación en todos los que se animan a ver las fuertes imágenes. “Me impactó y me dolió mucho. Nosotros hicimos todo lo que pudimos por su salud”, expresó también Riveros. FUENTE CRONICA
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