Como una materia pendiente en su vida, pero un hecho admirable y sin precedente para la Medicina, Dolores Vázquez Báez,con 85 años, decide en este año 2024 matricularse en el curso probatorio de ingreso de la facultad de medicina (CPI), dependiente de la Universidad Nacional de Itapúa (UNI).
La postulante que tuvo 28 hermanos (uno vivo), sin retoños en su haber, nació en General Delgado el 28 de marzo de 1939. Vive en la localidad de San Cosme y Damián, departamento de Itapúa. Culminó su secundaria en Posadas, Argentina y todos los días viene a clases en transporte universitario. Hace unos días que se mudó a Encarnación.
¿Qué situación te impulsó a estudiar la carrera?
Resulta que fallecieron todos mis hermanos y me quedé sola. Pero siempre tuve curiosidad de saber las cosas. Veía cómo los varones tenían más oportunidades de saber más. Me dije que también iba a estudiar, por ser curiosa.
¿Cómo es tu relación con los estudiantes del CPA?
Eso está muy bien acá. En estos días se me descompuso una birome y no podría escribir, entonces apareció un varón que me estaba observando y me ayudó ese primer día. Ahora con el teléfono celular me ayudan a usar las chicas también.
¿Cuáles son tus dificultades de aprendizaje?
No me cuesta aprender, pero sí cuando estoy muy cansada. Eso hace que no escuche bien y no vea bien el pizarrón. Pero ahora estoy más cerca del docente y de la pizarra y puedo ver mejor y aprender.
¿Qué asignatura te atrapa la atención?
Siempre me gustó química y estoy aprendiendo muchas cosas más. Ahora estoy aprendiendo biología por primera vez y me gusta mucho, porque escucho bien. En clase, pregunto al profesor mis dudas y eso les gusta. Es que desde chica me gustó estudiar. Hoy le recité una poesía a la profesora de historia y le gustó mucho.
¿Es diferente el estudio de ahora?
Antes, durante la dictadura, la gente se cuidaba mucho y yo trabajaba todo el día. De noche iba al colegio. Debía tener 23 años para entrar en la secundaria. El sexto grado terminé a los 16 años. Esperé 6 años para entrar a la secundaria de noche. Por ser mujer, me atrasé tanto porque no tenía muchos derechos. No podía ir al primer grado por ser mujer. Los varones iban por ser el sostén de la casa.
¿Cómo es tu rutina para venir a Encarnación?
Me levanto a las 2 de la madrugada para prepararme y viajar. Solo tenía 3 horas para dormir, por eso es que no podía leer, escribir y prestar atención.
¿Cuál es tu mensaje para la juventud y los adultos mayores?
Que estudien y pronto; ahora se puede y es mejor. Así se educan.
A veces la mamá no puede con todo en la casa. Lo que dice la mamá es lo que hace el hijo y no lo que dice el papá. En el trabajo, los varones aprenden un oficio que le enseña el papá, pero lo que la mamá les dice es lo que más ellos hacen.
¿Cuál es tu mayor deseo?
Ahora tengo salud; espero seguir teniendo, espero que no se trastorne mi salud. Falta poco para llegar a 5 años de carrera. No pretendo ser rica, solo deseo que me dejen estudiar. Antes la política era fuerte y no me dejaban. Creí que aquí no me dejarían entrar pero no es así.
Ahora estoy sabiendo muchas cosas más, estoy guardando en mi memoria lo que aprendo.
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