Hoy 10 de julio se conmemora el 136 aniversario de la fundación del «Centro Democrático» (después Partido Liberal), la agrupación político-partidaria más antigua del país.
El origen inmediato de la fundación del Partido Liberal tuvo su inicio el 12 de junio del año 1887, cuando el gobierno convocó al departamento de Villarrica para la elección de un Senador y un Diputado después de haber fracasado otra convocatoria para el mismo efecto, en febrero del mismo año, “por inasistencia del Juez de Paz” que debía presidir el acto electoral.
Las elecciones no eran más que parodias, farsas grotescas donde las mesas electorales eran asaltadas por los “gauchos” del oficialismo. Pero teníamos Parlamento, y su recinto fue un día sorprendido por la verba vibrante de un tribuno, de ojos negros, de mirar profundo, de cejas pobladas, de tez morena y de constitución robusta. Con toda postura altiva y gesto simpático, electrizaba al auditorio, señalando con el índice las lacras de un gobierno que no podía zafarse de sus ataduras atávicas.
Fustigaba e increpaba a quienes querían convertir en hacienda privada al escuálido Estado, que se debatía en la indigencia, que sentía cada vez más el torniquete de los excesos y comenzaba a mezclarse en la ciénaga de la corrupción administrativas. Este apóstol parlamentario fue Antonio Taboada:
Antes, en el mes de febrero de 1887 se convocó a elecciones de senadores y diputados. El 7° distrito electoral – Villarrica – tenía que proclamar sus candidatos. Los hombres libres que repudiaban los métodos políticos arbitrarios y violentos, se agruparon en la tarde del 19 de diciembre de 1886, en un Club Político, bajo la denominación de Club Popular, cuya presidencia ejerció el señor Marcelino Rodas, héroe y demócrata, condecorado con la Cruz de “Corrales” y las medallas de “Acáyuazá” y “Tuyutí”, y la vicepresidencia, el señor Bernardino Bordón, uno de los más entusiastas luchadores civiles.
El Club Popular proclamó la candidatura de don Esteban Gorostiaga, para senador, y de Antonio Taboada, para diputado. Este repúblico, censor irreductible, político acrisolado y parlamentario brillante, fue una vez más consagrado por sus conciudadanos del Guairá. Él aceptó el cargo a condición de que su dieta se emplearía en beneficio de la instrucción primaria de su pueblo. El juez de paz encargado de abrir los actos comiciales no se presentó a la mesa. Los electores que respondían a los candidatos del Club Popular fueron defraudados por una mafia artera del oficialismo.
Nuevamente se convocó a elecciones para el 12 de junio de 1887. En ese lapso, el oficialismo preparó su acostumbrada máquina electoral. El comisario soltó en la pista “su caballo” dispuesto a ganar la carrera a toda costa. A las 7 de la mañana, en un costado de la iglesia, formaron apretadas filas de conciudadanos que llevaban como distintivo un pañuelo azul en el cuello.
Marcelino Rodas se hallaba a la cabeza, escoltado por entusiastas y decididos jóvenes, dispuestos a defender sus derechos cívicos a costa de sangre y de su vida. La noche antes, las casas próximas al lugar del comicio fueron convertidas en cantones por las bandas armadas de Gómez Sánchez, que habían llegados ex profeso de Asunción. Los sicarios de Gómez Sánchez, que lucían el trapo rojo en el pescuezo, como distintivo – ante la derrota inevitable – de las huestes oficialistas, asaltaron las mesas y rompieron las actas electorales, al mismo tiempo que disparaban sus armas de fuego desde sus escondites sobre la masa cívica escudada por el pendón azul. Muertos y heridos de ambos bandos quedaron tendidos en el campo comicial, como bautismo de sangre de la democracia paraguaya.
Los dirigentes del Club Popular de Villarrica, Esteban Gorostiaga, Rómulo Decamilli, Antonio y Evaristo Fernández, Francisco Medina, Antonio Peralta, Marcelino Arias y Bernardino Bordón – otros quedaron heridos – fueron remitidos a la capital. Una gendarmería los escoltó hasta Paraguarí, en su viaje por tierra. De Paraguarí a Asunción se trasladaron en tren.
Los presos políticos guaireños fueron objeto de todas clases de demostraciones de simpatía en todo el trayecto. Luque detuvo el tren para llenar de flores el coche donde viajaban los presos. Y ya en la capital, las damas asuncenas, en caravanas interminables, llegaban a la policía donde se hallaban alojados aquellos para prenderles en el pecho medallitas atadas con cintitas azules.
Este hecho despertó el civismo latente en toda la ciudadanía. La copa de las arbitrariedades y de los fraudes estaba colmada.
El 2 de julio de 1887, en la calle Asunción N° 1 (luego Coronel Bogado y actualmente la calle Presidente Manuel Franco) se dejó constituido el Centro Democrático, y ocho días después, el 10 de julio, se fundó la Asociación Política que más tarde llevaría el nombre de Partido Liberal.
Acta Definitiva de fundación del CENTRO DEMOCRATICO:
«En la ciudad de Asunción, a los diez días del mes de julio de mil ochocientos ochenta y siete, por cuanto el pueblo paraguayo en su Constitución política ha acordado a los ciudadanos, entre otros derechos como el de la libertad de la prensa y el de la palabra, el de la reunión, y declarado asimismo inviolable la ley electoral, a fin de que con estos medios que se consideran los más eficaces pueda establecerse para los actos de los gobiernos, no solamente una barrera a sus avances posibles, sino también un medio de ilustrar a los mismos en el examen y resolución de las cuestiones de su competencia que afecten los intereses de la comunidad e intervenir espontánea y libremente en la formación de los poderes del Estado que deban encargarse de los destinos de la República».
«Y considerando que el derecho de la reunión comprende el de la formación de asociaciones políticas para hacer más eficaz el uso de esos mismos derechos, por cuanto la unidad de acción lleva consigo mayor cooperación de inteligencias en el examen de los negocios del Estado e imprime mayor autoridad moral en el ánimo de los gobernantes, encaminandolos de este modo por el sendero que les señala la verdadera voluntad del pueblo».
«Y teniendo presente la necesidad sentida de un tiempo a esta parte de una agrupación semejante, nos, los abajo firmados nos hemos reunido espontáneamente y constituimos por resolución unánime una sociedad política que denominamos CENTRO DEMOCRÁTICO, para hacer uso de los derechos que nos acuerdan la Constitución Nacional y las leyes de la República en la forma que se determinará en los estatutos respectivos».
(Firman)
«Cirilo Solalinde, Ildefonso Benegas, José de la Cruz Ayala, Francisco Soteras, Octaviano Rivarola, Pedro José Alarcón, Florencio Quintana, Juan P. Filisbert, Pedro P. Domecq, Fidel Ramírez, Sebastián Ibarra Legal, Manuel Paradeda, Evaristo Torres, Pedro V. Gill, Eduardo Doria, Emilio Saguier Cabañas, José Franco, Cornelio Escobar, Mariano Riquelme, Simeón Irigoitia, Pedro A. López, Victoriano Palacios, José Guillermo González, Marcelino Fleitas, Rafael Antonio García, J. Cirilo Mendoza, Salvador Echanique, Adolfo R. Soler, Liborio Palacios, Gregorio Viveros, José María Fretes, Avelino Garcete, Patricio Gadea, Felipe Torrents, Manuel Ávila, Diego Téllez, Teófilo Manzano, José Santos Fernández, Francisco Bogado, Pedro P. Caballero, Daniel Candia, Cecilio Báez, Miguel G. Ortiz, Juan Bernardo Dávalos, Luis Caminos, Genaro Pérez, Pedro P. Bobadilla, Marcelino Rodas, Juan I. Bargas, Ezequiel Giménez, Singoriano Cano, José Zacarías Caminos, Fabio Queirolo, José Gaspar Gómez, Venancio León, Vicente F. Espínola, Antonio Zayas, Liberato M. Rojas, José Luis Mena, Antonio Fernández, Avelino Gaona, Antonio Taboada, Francisco Fernández, Evaristo Román, Ignacio Ibarra, José Z. Ibarrola, Víctor M. Soler, Juan Antonio Jara, Pastor Idoyaga, José Mateo Collar, José Joaquín Goiburú, Estanislao V. Núñez, Juan Martínez, Tomas Armoa, Jesús María Carrillo, Policarpo Ríos, José del Carmen Astigarraga, Hilario Gayoso, Juan Ascensio Aponte, Juan José Alvarenga, Rómulo Decamilli, Manuel I. Frutos, Silvano Castelví, Evaristo Fernández, José María Ortellado, Jaime Téllez, Fernando Franco, Juan M. Jara, Apolinarío Ortiz, José Vera, Lucas Amarilla, Onofre Romero, Elías Maldonado, José M. Delvalle, Serapio Méndez, Norberto Queirolo, Antonio Peralta, Donato Ugarte, Victoriano López, Juan Bautista Villalba, Martín Urdapilleta, Anselmo Areco, José C. Ríos, Pedro R. Ortiz, Lorenzo Palacios, Enrique Regis, Lino Bogado, Juan A. Duarte, Manuel Sosa, Ignacio Astigarraga, Francisco Sosa, José Meza, Félix Rodríguez, José Domingo Gayoso, José Valiente, Sebastián Báez, Miguel Castro, Daniel Valiente, Valentín Gómez, Lino Bargas, Manuel Vázquez, Carmelo Talavera, Constantino Arrúa, Doroteo Trujillo, José A. Alfaro, Benjamín Moliné».
FUENTES: Gacetilla Cívica “Proceso Político del Paraguay 1870 – 1950 de Florentino Del Valle – Buenos Aires 1951. Impreso en Talleres gráficos LUCANIA, Lavalle 1927. – Páginas 12 – 13 -14 y 15 / Orígenes del Partido Liberal Paraguayo 1870-1887 de Manuel Pesoa / Artículo y recopilación de Julio Sotelo.
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