Unos 40 criminales del Primer Comando da Capital (PCC) fueron trasladados al Penal Regional de Itapúa en las últimas semanas, por lo que para evitar incidentes, las autoridades del lugar aumentaron las medidas de seguridad. La cárcel puede albergar a 750 internos, pero actualmente tiene 1.300 reclusos.
CAMBYRETÃ, Itapúa (Juan Augusto Roa, de nuestra redacción regional). A partir de que los integrantes del temido grupo criminal brasileño Primer Comando da Capital (PCC) fueron trasladados al Centro de Rehabilitación Social (Cereso), se reforzó la dotación de guardias penitenciarios, y fue despejado completamente un pabellón, el pabellón “C baja” para alojar exclusivamente a este grupo, según informó el jefe de seguridad del penal, Miguel Medina.
El funcionario también admitió que actualmente la población penal excede la capacidad para la que fue diseñada la estructura edilicia, pero que igualmente se administra la situación dentro de un rango de seguridad y capacidad de atención a los internos.
Preocupa el hecho de que el establecimiento posee una capacidad para un total de 750 personas privadas de libertad, sin embargo, ya son más de 1.300 las que están recluidas ahí.
Traslados
El traslado de los llamados “soldados” del PCC se debió a los últimos incidentes que se registraron en las cárceles de San Juan, Misiones, Coronel Oviedo y Concepción, en marzo pasado. El 8 de marzo último un celador de la cárcel de Coronel Oviedo, Pablino Vera, incluso fue tomado como rehén y golpeado por los reclusos.
El objetivo de mantenerlos en un pabellón exclusivo es evitar que se mezclen con el resto de los internos, y que se produzcan incidentes entre los mismos. Tampoco queremos que vengan a “reclutar” más gente entre los reclusos, refirió Medina.
La mayoría de los trasladados soportan procesos por narcotráfico, asaltos, y son considerados de un rango inferior dentro de la estructura del grupo criminal. No tenemos aquí a ninguno de los líderes del grupo, señaló el responsable de seguridad del establecimiento.
Otro aspecto que resaltó Medina es que en la cárcel local se mantiene un nivel de respeto hacia el interno en su calidad de persona humana, se evitan situaciones que puedan provocar reacción, se les dispensa un trato adecuado, atendiendo a que una persona en situación de privación de libertad tiene mayor propensión a reacciones violentas.
Los controles de celdas se hacen bajo todas las medidas de seguridad, con la cantidad suficiente de personal, de tal forma a tener todas las garantías y la capacidad de reacción si se producen situaciones violentas, explicó.// ABC DIGITAL
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