En un llamativo operativo del Poder Judicial, el reconocido capo narco Erwin Jorge Solalinde Krause fue beneficiado con la medida prisión domiciliaria en su lujosa mansión pese a que solo hace solo 4 años fue condenado a 24 años tras ser hallado culpable por un mega cargamento de 18.900 kilos de marihuana en Villeta.
Erwin Jorge Solalinde Krause, alias “Koki”, era el líder de una organización criminal vinculada con el envío en embarcaciones de grandes cantidades de marihuana, a Argentina y Uruguay. La droga era alzada en puertos clandestinos hasta que en 2016 fue apresado en Villeta con 18.900 kilos de la droga. Dos años antes, Solalinde cayó en un depósito de su propiedad ubicado en Villeta, tras detectarse una red dedicada al robo de combustibles para reventa. Además tiene antecedentes por estafa.
Tras su sentencia fue trasladado a la cárcel de Itapúa en el Cereso donde gozaba de importantes privilegios en su celda, según detallan nuestros informantes.
No contento con este trato diferenciado solicitó, vía su abogada defensora ser beneficiado con la medida de prisión domiciliaria y en una rápida y llamativa medida la Jueza Laura Benitez otorgó este privilegio al capo narco en su lujosa vivienda de Villeta, con el argumento de “problemas de salud”.
LE DIERON DOMICILIARIA AUNQUE ENCIMA DE SU SENTENCIA DE 24 AÑOS HAY UNA IMPUTACIÓN POR HOMICIDIO DOLOSO
Pero como si esto no fuera suficientemente llamativo sobre este poderoso criminal también pesa una causa donde está siendo investigado por la agente fiscal Daysi Sánchez quien solicitó la imputación de Erwin Jorge Solalinde Krause, por la supuesta participación como autor de Homicidio Doloso ya que el Ministerio Público sostiene que el condenado Erwin Jorge Solalinde Krause, desde su lugar de reclusión habría contratado los servicios de un sicario de nombre Marcos Román González en la ciudad de Guarambaré, para ejecutar a su tío por una disputa monetaria.
UJIER VINO A NOTIFICAR EN LA CÁRCEL Y SE CRUZÓ CON EL RECLUSO SALIENDO HACIA SU CASA
Lo más anecdótico del caso es que cuando el Ujier de J.A. Saldivar donde ocurrió el crimen mencionado vino a notificar al Director del Cereso que Erwin Solalinde debía comparecer ante el juzgado por el crimen de su tío se cruzó en los pasillos con el recluso saliendo alegremente a la calle y ante esta situación comunicó del hecho al director del instituto penal Javier Nilo quien se excusó en su ignorancia sobre este caso y permitió su partida.
Al pesar una causa abierta no debería ser beneficiado con tal medida, esto sin contar sus frondosos antecedentes pero nada de esto importó al aparato judicial para otorgar esta medida benevolente.
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