El Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave) y la Cámara Frutihortícola del Paraguay (CFP), pidieron un mayor acompañamiento de las instituciones represoras del contrabando para luchar contra el mencionado flagelo. 
Fue durante una conferencia de prensa, realizada este martes en la sede del Senave, para informar acerca de una denuncia penal sobre supuestos hechos punibles de contrabando, presentada en la Unidad Especializada contra el Contrabando, del Ministerio Público, por parte de la Cámara Frutihortícola y representantes de importadores.
Cesar Rivas, en su carácter de presidente interino del Senave, indicó que el organismo fitosanitario respaldará a productores e importadores legales, acompañando su causa e interviniendo en las áreas de su competencia; aunque reconoció que los esfuerzos no pueden ser aislados si se pretenden obtener mejores resultados.
“Nos ponemos a disposición de la Fiscalía, con la que queremos trabajar en la identificación, intervención y sanción para aquellos que actúan de manera irregular, atendiendo el ingreso masivo de productos de contrabando que perjudica a todos los sectores”, manifestó Rivas.
En ese sentido, la denuncia indica que algunos responsables de locales comerciales y depósitos del Mercado Central de Abasto habrían adquirido y comercializado productos ingresados de contrabando, puntualizando que se tratan de los rubros de tomate y cebolla.
Agregó que la comercialización de la producción legítima diezmada por el contrabando, y alegó que la situación que atraviesan es crítica, por lo que solicitan de manera urgente la intervención de las autoridades públicas para que se inicie una investigación penal objetiva y se tomen medidas que impidan la ejecución del mencionado delito, informó Senave.
Por su parte, representantes de la Cámara Frutihortícola del Paraguay, indicaron que tienen conocimiento de operativos exitosos, pero esperan que se intensifiquen las tareas de control y se asuman las responsabilidades, porque no se puede permitir que el contrabando “inunde” los centros de comercialización, quitando el espacio y ganancias a productores e importadores legales.
