El pago de una compensación por el sacrificio de animales enfermos solo está contemplado para los bovinos y no para las aves, a pesar de que el ingreso de la influenza aviar es inminente.
Ante un brote de influenza aviar, la producción de gallinas de traspatio es la más vulnerable y se estima que alrededor de 50.000 de estos animales podrían sufrir el primer impacto del virus. Sin embargo, no existe un programa de indemnizaciones para los pequeños granjeros en casos de deshacerse de sus aves y mucho menos para la industria, donde el efecto de la enfermedad sería catastrófico.
Mediante la Ley N° 808 de erradicación de la fiebre aftosa, el sector bovino cuenta con un fondo de USD 1 millón para compensaciones por el sacrificio de los animales que den positivo a la enfermedad, según explicó el presidente del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), José Carlos Martin. Aunque también se dispone de USD 500.000 para la brucelosis, estos pagos no se aplican porque el número de infecciones es alto.
Los productores avícolas en cambio no cuentan con normativas que los ayuden económicamente a sobreponerse del impacto de la influenza aviar A (H5N1). “Esta enfermedad vino para quedarse, entonces indefectiblemente tenemos que trabajar en una ley, eso es lo que da más seguridad tanto al sector público y privado”, dijo al respecto Martin.
No precisó montos, pero aclaró que sería menos de lo que requieren los fondos contra la fiebre aftosa. Un estudio reciente del Senacsa muestra que en un escenario base podrían ser sacrificadas 50.000 aves de traspatio en granjas con menos de 500 animales. Aunque una comisión de tasación, fija el precio que recibirá cada afectado según la experiencia del sector bovino, el titular de la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Pollo, Pedro Kirchhofer, mencionó que cada gallina casera tiene un costo de entre G. 30.000 y G. 40.000. Es decir, la pérdida de los pequeños granjeros podría alcanzar los G. 1.500 millones. Este mismo monto es lo que invierte cada industria avícola que produce unos 40.000 pollos en forma bimestral y que además es responsable de una faena de 75 millones de cabezas al año.
Kirchhofer considera que es muy difícil que una vez detectado el virus en el país, ingrese a los galpones modernos donde el ambiente es climatizado y cerrado, pero el riesgo existe. Para Aníbal Romero, de la Asociación de Avicultores del Paraguay, significaría la desaparición de la planta afectada.
La industria avícola está abierta a discutir sobre el proyecto de ley y a contribuir con los fondos, ya que lo toma como un problema tanto del sector público como del privado.
No hay planes de vacunación para aves
La vacunación contra la influenza aviar se ejecuta en algunos países, pero al Senacsa no le convencen las experiencias. “No estamos muy de acuerdo, pero hay que seguir discutiendo”, dijo el titular del servicio veterinario oficial.
Estados Unidos y México realizan estas inmunizaciones y recientemente Ecuador anunció que también se sumaría a esta campaña. Sin embargo, los países del Sur aún no incorporaron esta medida a su plan de contingencia.
Recientemente la Organización Mundial de Sanidad Animal reconoció la autodeclaración de Paraguay como país libre de influenza aviar de alta patogenicidad, estatus que se podría perder si el virus llega a las granjas industriales. FUENTE ULTIMA HORA
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