Como todos los días, este viernes Justina Gauto llegó hasta la vereda de un conocido club de tenis sobre la Avda. Augusto Roa Bastos del Barrio Villa Cándida de Encarnación para montar su puestito de venta de yuyos. No importaba que sea un frio dia donde persistían las lloviznas, abrió su puesto con las dificultades que representa trabajar con una panza de ocho meses a punto de tener a su sexto hijo, nada la detiene para ir juntando el dinero que necesita para el parto previsto para el mes de junio.
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Apenas había montado su puesto de venta de tereré junto a otras dos personas que se dedican al mismo rubro en el lugar desde hace años, cuando fueron sorprendidos por una gran comitiva de funcionarios municipales quienes los desalojaron del lugar donde trabajaban y dispersaron sus pertenencias.
Una gran sorpresa para la mujer que hace siete años mantiene a su familia con lo que gana en el lugar, tomó lo poco que tenía y se mudó a la vereda del frente.
Allí intentaban recuperarse del susto y continuar trabajando para completar el día cuando los funcionarios municipales volvieron con la orden de despeje de vendedores de tereré.
Los trabajadores que aseguraron están dispuestos a pagar por el permiso de trabajar a la Municipalidad y señalaron que mantienen la limpieza en su zona de trabajo.
Humildes trabajadores que no ganan ni Gs. 70.000 diarios para mantener a sus familias son dejados sin trabajo, la Municipalidad no previó ningún plan para dotar de casillas, otro lugar o medios de subsistencia a las personas afectadas por el desalojo.
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