La Municipalidad del distrito de Nueva Alborada continúa lidiando con las consecuencias de la mala administración de la gestión anterior, que dejó una deuda de aproximadamente 10.000 millones de guaraníes. Debido a esta situación, el actual intendente, Oscar Martínez, se ve obligado a trasladarse frecuentemente al Palacio de Justicia para declarar sobre los manejos financieros de su antecesor.
Martínez ha declarado que una parte significativa de su mandato se ha dedicado a gestionar y reducir estas deudas, una carga que ha complicado la implementación de nuevos proyectos y mejoras para la comunidad. «Hasta finalizar mi mandato, seguiré pagando las deudas dejadas por el anterior intendente,» afirmó el jefe comunal. «Esta situación ha limitado nuestros recursos, pero estamos comprometidos a resolverla para estabilizar las finanzas de la municipalidad.»
La deuda acumulada ha generado una serie de desafíos para la actual administración, incluyendo retrasos en la ejecución de obras públicas y la prestación de servicios municipales. Pese a estos obstáculos, la intendencia ha logrado avanzar en algunos proyectos gracias a una gestión austera y a la búsqueda de apoyo de instituciones gubernamentales y organizaciones privadas.
La comunidad de Nueva Alborada ha expresado tanto su apoyo como su preocupación ante esta situación. Muchos vecinos reconocen el esfuerzo del intendente Martínez por enfrentar la crisis financiera heredada, aunque también manifiestan su deseo de ver mejoras visibles en la infraestructura y los servicios públicos.
Sin embargo, el camino hacia la estabilidad financiera es aún largo, y se requiere de un esfuerzo continuo y de la colaboración de todos los sectores de la comunidad.
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