LOS JÓVENES Y EL ALCOHOL, LA DROGA LÍCITA QUE MÁS DAÑA A LA SALUD

Son muy diversos los efectos de las bebidas alcohólicas a mediano y largo plazos, y actúan sobre múltiples órganos y sistemas del cuerpo humano.

A temprana edad, se produce la iniciación del consumo de alcohol, socialmente por influencia de una persona cercana, ya sea por el ejemplo del padre o la madre de familia que consume, porque un primo “lo invita a probar”, o por impulso personal.

De acuerdo a datos de la Dirección de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud, la mitad de las personas que inician a temprana edad el consumo del alcohol acentúa su hábito a los 15 años. Un fragmento de este grupo, a su vez, ingiere bebidas alcohólicas en forma nociva.

El consumo de alcohol a largo plazo produce enfermedades que son problemas de Salud Pública, como las cardiovasculares (primeras causas de muerte) y varios tipos de cánceres. Además, produce trastornos de la conducta que afecta a terceros.

También es un factor que genera accidentes de tránsito, principalmente en la franja de edad comprendida entre los 14 y 40 años, una población muy joven que está en una edad económicamente productiva.

Efectos nocivos*:

1. En el cerebro y sistema nervioso: El consumo de alcohol inhibe gradualmente las funciones cerebrales, afectando en primer lugar a las emociones (cambios súbitos de humor), los procesos del pensamiento y el juicio. Si se continúa la ingesta de bebida alcohólica, se altera el control motor, produciendo mala pronunciación al hablar, reacciones más lentas y pérdida del equilibrio. También, disminución de la alerta, retardo de los reflejos, cambios en la visión, pérdida de coordinación muscular, temblores y alucinaciones. Disminuye el autocontrol, afecta a la memoria, la capacidad de concentración y las funciones motoras. El alcohol daña las células cerebrales, así como los nervios periféricos, de forma irreversible.

2. En el corazón y aparato circulatorio: Aumenta la actividad cardiaca. En dosis elevadas, eleva la presión sanguínea (hipertensión) y produce daño en el músculo cardíaco por sus efectos tóxicos. Puede provocar miocarditis, una inflamación de las fibras musculares. Debilita la musculatura cardíaca y, por consiguiente, la capacidad para bombear sangre.

3. En el aparato digestivo: estómago, páncreas, hígado. Las molestias gástricas son debido a erosiones en las mucosas producidas por el etanol. El ardor estomacal será mayor si se han mezclado diferentes bebidas o combinados, ya que la irritación gástrica se deberá a todos los componentes bebidos. A largo plazo, pueden aparecer úlceras, hemorragias y perforaciones de la pared gástrica. El cáncer de estómago ha sido relacionado con el abuso del alcohol. También provoca cáncer de laringe, esófago y páncreas.

4. En la sangre: Inhibe la producción de glóbulos blancos y rojos. Sin la suficiente cantidad de glóbulos rojos para transportar oxígeno, sobreviene la anemia. La falta de glóbulos blancos origina una falla en el sistema inmunológico, aumentando el riesgo de infecciones bacterianas y virales.

5. En el sistema reproductor: Disminuye la libido y la actividad sexual. Puede causar infertilidad e impotencia, así como hipertrofiar las glándulas mamarias en el hombre. Altera las hormonas femeninas en las mujeres, por lo que trastorna el ciclo menstrual y produce infertilidad.

6. En el embarazo y el feto: El abuso del alcohol durante el embarazo puede desencadenar el síndrome alcohólicofetal. Sus síntomas son un retardo del crecimiento, alteración de rasgos cráneo-faciales, malformaciones cardíacas, malformaciones hepáticas, malformaciones renales y malformaciones oculares. El mayor daño se produce en el sistema nervioso central del feto, en el que puede aparecer retraso mental. Además, las mujeres que beben durante el embarazo tienen un mayor riesgo de aborto o parto prematuro.

7. Síndrome de dependencia alcohólica (alcoholismo): Es uno de los problemas más graves asociados al consumo nocivo de bebidas alcohólicas, por la gran cantidad e importancia de los síntomas que engloba.

*Estos datos se encuentran contenidos en la Política Nacional de Prevención del Consumo Nocivo de Bebidas Alcohólicas.

Ante todos los factores citados, el Ministerio de Salud Pública recomienda evitar las ocasiones de iniciación, disminuir la ingesta de bebidas alcohólicas frente a los hijos o dejar este hábito de lado y retomar una vida saludable.


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