El titular del Partido Colorado y de la Cámara de Diputados, Pedro Alliana, quien buscará su reelección a la Cámara Baja por el departamento de Ñeembucú por el movimiento Honor Colorado, afirma que está garantizada la transparencia en las internas partidarias del 17 de diciembre, la cual calificó como un desafío institucional. Alliana sostiene que la diferencia a favor del aspirante del oficialismo Santiago Peña será “abrumadora” ante la disidencia colorada, que a su criterio impulsa el “odio y el resentimiento” dando prioridad a sus intereses privados. Por ultimo, señaló que de obtener Santiago Peña la victoria en los comicios, uno de los puntos principales de la agenda oficialista será introducir cambios en la Constitución Nacional, instalando la figura de la reelección, la reforma del Poder Judicial y reformulación de algunas atribuciones del Congreso, que llevan a una dictadura parlamentaria.
–¿Cómo está preparado el Partido Colorado para las próximas elecciones?
–Durante toda la transición democrática, el Partido Colorado, salvo una excepción que todavía nos duele, ha sido siempre el partido que mejor reaprendió el concepto y la práctica del régimen democrático. Digo reaprender porque venimos de una larga tradición de hombres que hasta dieron su vida por la democracia, legado que fue deliberadamente olvidado durante el oscuro período de la dictadura estronista. Y la excepción dolorosa, en este nuevo transitar democrático del coloradismo, fue el sabotaje a la voluntad popular en diciembre de 1992, cuando le robaron las elecciones internas al doctor Luis María Argaña. A partir de ese momento, siempre hemos procurado integrar pluralmente el Tribunal Electoral Partidario, de modo a garantizar la transparencia en nuestros comicios internos. Por lo tanto, institucionalmente estamos muy bien organizados para enfrentar este nuevo desafío del 17 de diciembre.
–¿Cuánto es el monto estimativo que Honor Colorado gastará en las elecciones?
–Para financiar una campaña interna varias son las fuentes, especialmente, los aportes solidarios de los compañeros del movimiento que defienden y promueven la misma causa: el bienestar y el progreso de la nación. También están las contribuciones voluntarias de los parientes, ex compañeros de colegio, de facultad, de diversos grupos sociales. Hay gente que se acerca espontáneamente, confiada en que la continuidad de este modelo de gestión pública, iniciado por el presidente Horacio Cartes, es lo mejor para el país, para el pueblo y para el futuro de la República. Se constituyó un equipo que se encarga del aspecto económico, respetando y cumpliendo puntillosamente toda la normativa vigente en materia de financiamiento de campañas políticas. Aclaro que el monto final será mucho menor que el de nuestro adversario, porque la candidatura de Santiago Peña fue muy fácil de instalar y llevar hacia adelante. Lo que más nos sobra, y derrochamos, en el movimiento Honor Colorado es convicción, mística y entusiasmo.
–¿Observa algunas falencias que deben ser mejoradas dentro de Honor Colorado?
–Las instituciones están manejadas por hombres, y los hombres somos falibles. Por lo tanto siempre habrá algo que mejorar dentro del movimiento, sobre todo cuando el perfeccionamiento permanente, en todas las áreas, es la visión que nos inspira y moviliza. El conformismo es la peor enfermedad que podemos padecer. Felizmente, dentro de Honor Colorado y de la ANR tenemos suficiente imaginación, iniciativa, creatividad y lucidez para ir superando los errores y fortalecer las virtudes.
–¿Honor Colorado maneja alguna encuesta sobre las internas?
–Casi todas las encuestas son públicas. En cuanto a las mediciones que nosotros utilizamos no tienen fines propagandísticos, como aquellas que sólo buscan promover candidaturas que ya han llegado a su techo y se estancaron desde hace meses. Nosotros administramos las encuestas como un instrumento científico, para pulsar el sentimiento, las expectativas, las necesidades y las prioridades de nuestra gente. Y, naturalmente, un segmento de esas encuestas sirve, también, para fortalecer posiciones en algunas ciudades y departamentos. Ciertamente, algunos muestreos marcan tendencias, pero no definen elecciones. Si fuera por las encuestas, yo no sería presidente de la Junta de Gobierno del Partido Colorado.
–¿Cuánta es la aceptación del electorado colorado hacia la candidatura de Peña teniendo en cuenta su reciente afiliación a la ANR?
–La candidatura de Santiago Peña se instaló fácilmente en el corazón del pueblo colorado. Pedir votos para él genera alegría en los dirigentes de base de Honor Colorado por la simpatía y la aceptación que despierta. Es joven, es agradable, es inteligente, es honesto, respetuoso, de buen corazón y conciliador. Es, por sobre todo, un hombre de paz y de familia. Ojalá más jóvenes como él se inscriban en los registros del coloradismo, para que mañana puedan estar en los lugares de relevancia del poder partidario y nacional. Esa capacidad de coexistencia entre los antiguos dirigentes y las nuevas generaciones es el secreto por el cuál seguimos vigentes en la preferencia de la sociedad paraguaya y en el poder de la República. Santiago le ganará por un margen mayor al que yo le gané a Mario Abdo Benítez en las elecciones presidenciales para el Partido Colorado, más de 135.000 votos.
–¿Cuál es la diferencia entre el proyecto político de Honor Colorado con el de Colorado Añetete?
–Sigue siendo la misma diferencia que yo apuntaba durante mi campaña para la Junta de Gobierno, es decir, el enfrentamiento de dos modelos absolutamente antagónicos: por un lado, el modelo nuestro, que es el del trabajo, la transparencia, de crecimiento económico sostenido y de desarrollo social inclusivo; y por el otro, el modelo del resentimiento, del odio, del cobro de facturas, de confundir la cosa pública con los intereses privados. Mientras nosotros tenemos un rumbo a seguir, ellos no tienen siquiera un norte definido. Es porque no se mueven impulsados por proyectos, como nosotros, sino sobre la base de un conglomerado variopinto donde cada uno tiene su propia meta personal y egoísta.
–¿Cree que el vínculo del senador Mario Abdo Benítez con el estronismo favorecerá al proyecto presidencial de Honor Colorado?
–Nosotros nos movemos sobre nuestras propias virtudes y no sobre las debilidades de nuestros adversarios. Pero tampoco vamos a dejar de remarcar los puntos que nos diferencian. La política no es para los timoratos. Así como cada vez tienen menos cabida aquellos dirigentes que sólo se dedican al agravio, la intriga y la agresión verbal, como muestra de una absoluta incapacidad para generar ideas y debatir propuestas. El presidente Cartes, aunque siempre nos exhorta a mirar hacia adelante, alguna vez veces, también ocupa su tiempo para refutar mentiras y remarcar verdades.
–¿Cree que habrá un gran margen de diferencia en las votaciones internas para el cargo de la Presidencia?
–Si nos guiamos por el fervor y la cantidad cada vez más multitudinaria de correligionarios y correligionarias que asisten a los actos de Santi, la diferencia será abrumadora. Los que estamos todos los días caminando al lado de la gente palpamos esa victoria anticipadamente. Tan grande será la diferencia que no habrá resquicio ni para una mínima protesta. Obviamente, nunca faltarán los que siempre protestan por protestar, porque otra cosa no saben hacer.
–¿Se podrá garantizar la transparencia en los comicios internos?
–Desde el mismo momento en que se integró un Tribunal Electoral Partidario, de manera incluyente y proporcional, la transparencia está plenamente garantizada para las internas. Este colegiado nada tiene de “flojo”, como había calificado el propio senador Juan Carlos Galaverna al Tribunal de 1992, que le permitió a él, y a otros afiliados, adulterar las actas electorales para perjudicar al doctor Luis María Argaña. Además, otro aval para la transparencia es la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) de la Justicia Electoral, de pulcra exactitud en los últimos años.
–¿Se podrá concretar la unidad partidaria para las generales del 2018?
–Para nosotros, la unidad deviene sola por el mismo resultado de las elecciones, al menos si uno es respetuoso de las reglas democráticas. Pero la unidad que nosotros planteamos no es sobre hombres ni nombres. Tampoco es por cupos de poder ni espacios en los ministerios. Es una unidad programática e ideológica que le permita a las clases populares tener una vida más digna, conforme a los postulados doctrinarios de la ANR. Esta vez, la verdadera unidad, más allá de una dirigencia remolona, va a estar en el pueblo colorado, que ya aprendió del desprecio, de la humillación y de la persecución que se inició en el 2008, durante el gobierno de Fernando Lugo, que la mejor opción para garantizar la prosperidad para todos es nuestro partido.
–¿Cree que en el inicio del próximo período presidencial es necesario debatir sobre el establecimiento de cambios en la Constitución Nacional?
–La reforma constitucional es un imperativo de este tiempo. Tenemos una Carta Fundamental que fue elaborada bajo la sombra de un poder autoritario que acababa de irse y ante el temor de que la dictadura se reprodujera nuevamente como sistema de gobierno. Es hora de mirar hacia adelante. La reelección presidencial será un punto más en esta agenda. También debe ser reformado el Poder Judicial y reformuladas algunas atribuciones del Congreso de la Nación, que nos llevan hoy a tener una cuasi dictadura parlamentaria. En síntesis, tenemos que restablecer el equilibrio entre las tres funciones, como diría el doctor Óscar Paciello, que son propias del Estado.
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