Una ejecución sangrienta se produjo en la madrugada del domingo 3 de diciembre en el Barrio La Amistad del distrito de Cambyretá donde dos hombres resultaron asesinados con saña y otra persona quedó herida de gravedad y fue trasladada hasta el Hospital Regional de Encarnación.
Todo comenzó alrededor de las 00:30 horas, un importante número de personas se encontraba en el predio de una cancha jugando voley y las víctimas estaban en la vereda observando el juego, cuando en un momento dado llegó un vehículo de color gris, del cual no se tiene mayores datos, y descendió del rodado un hombre que no pudo ser identificado, este portaba una escopeta y dos armas de fuego calibre 9 mm. El desconocido, sin mediar palabras comenzó a disparar contra las víctimas hasta vaciar los cargadores mientras que la multitud corría por sus vidas buscando refugio del asesino que incluso intentó degollar a una de sus fatales víctimas con un arma blanca. Tras el sangriento ataque que duró pocos minutos el hombre huyó del lugar a bordo del automóvil mencionado en el cual aparentemente lo aguardaban más ocupantes pero se desconoce si tuvieron participación en los asesinatos, según detallan los intervinientes.
Los fallecidos fueron identificados como Bernardino González de 29 años, quien fue asesinado con suma violencia, recibiendo unos seis disparos en su cuerpo, además de un disparo en la cabeza y como si esto fuera el poco el asesino también le provocó un gran corte con un arma blanca en el cuello al intentar degollarlo, su cuerpo fue encontrado tendido en la vía pública en la vereda de la cancha de vóley. También falleció Fidel Vigo de 26 años de edad, quien recibió varios disparos pero huyó del lugar y pudo llegar a su domicilio, ubicado a pocos metros del lugar del hecho con ayuda de su hermano, aunque él mismo no resistió las heridas y se desplomó muerto en el patio de la vivienda, este hombre recibió cinco impactos de una escopeta calibre 12 , según detalló el informe policial de la Comisaría 101 en el que mencionan el diagnóstico del médico forense interviniente Dr. Eligio Fretes. Mientras que la tercera víctima de este atentado, Pedro Ocampos Benítez de 36 años de edad sobrevivió milagrosamente al ataque.
Según trascendió en la Provincia de Corrientes a través del Diario El Litoral, González era uno de los tres prófugos que habrían robado una avioneta que en febrero del año pasado se estrelló en aguas de los Esteros del Iberá. La misma iba a ser utilizada para el tráfico de un cargamento de marihuana.
Su muerte se suma a la de otro sospechoso, el instructor de paracaidismo rosarino, Gabriel Quiroz, que se suicidó en su casa. Otros fueron detenidos por los investigadores de la División Robos y Hurtos de la Policía entrerriana: Darío Roas en medio de un procedimiento por narcotráfico en Misiones, Héctor De Lima, en la misma ciudad, al caer en la trampa con una cita a ciegas, y Darío Crocco poco después del asalto en Rosario. Aún hay dos prófugos: el paraguayo Daniel Sánchez Bareiro y el posadeño Valentín Ramírez, alias “El Ninja”, de quien ahora se conoció que era un agente de inteligencia de la Prefectura echado en 2002.
Aquella mañana de febrero, un grupo de hombres llegó al aeródromo de Victoria para celebrar la despedida de soltero de uno de ellos, a quien iban a tirar desde el aire en paracaídas. Ese era el argumento por el cual habían contratado el servicio del Cessna 182, pero ni bien llegaron apuntaron con armas y redujeron al sereno, a dos paracaidistas y al piloto.
Trajeron la aeronave hacia nuestro país, donde el Cessna iba a ser reacondicionado para el transporte de droga, pero el vuelo no salió de acuerdo con lo planeado, cayeron en medio de los Esteros del Iberá, en Corrientes. Cuatro de los delincuentes, González, De Lima, Sánchez Bareiro y Ramírez, sobrevivieron milagrosamente, entre ataques de yacarés y otras alimañas. Tras ser atendidos en el hospital de la localidad de Carlos Pellegrini siguieron viaje rumbo al norte argentino. En tanto que Crocco había sido arrestado poco tiempo después del robo, Quiroz apareció suicidado a fines de junio en su casa de Rosario, y Roas huyó en su vehículo hacia Misiones.
Sin embargo, el joven de 29 años no previó que, además del pedido de captura nacional en Argentina e internacional de Interpol, lo buscaban otros enemigos del ambiente narco. A las 00.30 pasó un automóvil con dos hombres que abrieron fuego a mansalva con una pistola calibre 9 milímetros y una escopeta calibre 12. González cayó muerto prácticamente en el acto, al igual que su amigo Fidel Vigo Benítez, mientras que el tercero, Pedro Ocampo Benítez, sufrió varias lesiones, pero sobrevivió.
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