Ramón Martinez de 63 años, más conocido como “Chipa Itapúa”, con lágrimas en los ojos comentó el mal rato que paso con guardias del sector playa San José de Encarnación, quienes “lo echaron como a un perro”, según sus propias palabras durante la tarde noche de este domingo cuando se acercó a realizar sus ventas en la zona.
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El mismo comentó que suele llegar a la zona de playas cuando le sobra parte de las 300 chipas que retira para la venta diaria y que ya no puede vender al día siguiente.
Lo que más duele a este trabajador es que la playa está asentada sobre lo que hace años era el Barrio Barril Paso y desde donde salía a veder sus chipas cuando solo tenía 6 o 7 años con su madre y lleva haciéndolo hace 56 años.
El mismo pide que se le permita realizar sus ventas por lo menos por una hora para no perder las ganancias de las cuales depende para pagar las cuentas.
Junto a su esposa Eliza Núñez, quien le prepara las chipas que él sale a vender tienen fe en salir adelante y que se le permita trabajar.
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