En un importante operativo encabezado por la comitiva de Delitos Económicos de la capital del país, autoridades llevaron a cabo procedimientos simultáneos en los distritos de Cambyretá y Carmen del Paraná, en el Departamento de Itapúa, con el objetivo de desmantelar una organización criminal dedicada a las estafas masivas. La banda, según investigaciones, estaba liderada por dos internos de la Penitenciaría Regional de Itapúa: Ylario Villalba Álvarez, alias «Copete», y Arnaldo Andrés Benítez Altamirano, alias «Chicha», quienes gozaban de permisos especiales de salidas transitorias.
Detención de «Chicha» y allanamientos
En uno de los operativos, agentes detuvieron a Arnaldo Benítez Altamirano, alias «Chicha», mientras este ingresaba nuevamente a la penitenciaría tras cumplir con su salida transitoria. Además, se realizaron allanamientos en la vivienda de sus familiares, quienes estarían vinculados a la logística y administración de los bienes obtenidos a través de las estafas. Entre los involucrados figuran Fátima Cardozo, pareja sentimental de Benítez Altamirano, así como su padre, Ramón Benítez, su hermano, Rubén Benítez, y su prima, Adriana Benítez.
Estas personas, según las autoridades, facilitaban los movimientos económicos y logísticos de la organización, recibiendo y manejando el dinero proveniente de las estafas.
Allanamiento en el domicilio de «Copete» y su red familiar
Paralelamente, otro grupo de la comitiva allanó el domicilio de Ylario Villalba Álvarez, alias «Copete».
Villalba Álvarez fue encontrado en compañía de sus familiares, a pesar de que, según los términos de su salida transitoria, debía encontrarse trabajando en ese momento. Sus hermanos, Leonida, Teodolino, Felicia y Alicia Villalba Álvarez, también están sindicados como parte de la organización criminal, desempeñando roles clave en la estructura de la banda.
«Call Center» dentro de la penitenciaría
Uno de los aspectos más alarmantes de la investigación reveló que tanto «Copete» como «Chicha» utilizaban la Penitenciaría Regional de Itapúa como base de operaciones para coordinar las estafas. Villalba Álvarez, alias «Copete», controlaba 30 celdas, mientras que Benítez Altamirano tenía influencia sobre 3. Dentro de estas celdas, los reos operaban como un «Call Center», donde suplantaban identidades y realizaban estafas telefónicas a víctimas de diferentes países de Latinoamérica.
Impacto de las estafas: más de 2.500 millones de guaraníes
Las autoridades señalaron que la organización criminal había logrado recaudar al menos 2.500 millones de guaraníes a través de sus estafas. La banda suplantaba identidades, realizaba compras fraudulentas y defraudaba a ciudadanos de varios países de la región. La operación de la banda tenía un alcance internacional, extendiéndose a distintas partes de Latinoamérica, lo que agrava la magnitud del delito.
La operación continúa
El Ministerio Público y las fuerzas policiales continúan con las investigaciones para determinar la participación de otros posibles implicados y la extensión de las operaciones de la banda. La comitiva de Delitos Económicos ha señalado que los procedimientos seguirán en los próximos días, con más allanamientos previstos en distintos puntos del departamento y la capital del país.
Este operativo representa un golpe significativo a las actividades delictivas dentro del sistema penitenciario y evidencia las fallas en los controles de las salidas transitorias de los reclusos. Las autoridades están trabajando para asegurar que los responsables, tanto internos como externos, enfrenten las consecuencias legales de sus acciones.
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