La idea surgió en una conocida chiperia de la ciudad de Coronel Bogado, para ayudar a los chiperos que quedaron desempleados por el confinamiento decretado por el Gobierno Nacional.
Así fueron los primeros días pero al ver la necesidad de la gente se decidió ampliar el desafío. Este grupo de voluntarios, en su mayoría chiperos de la ciudad comenzaron a juntar víveres y cocinar para quienes están pasando un difícil momento al quedar desempleados. Un promedio de 500 personas forman fila diariamente para almorzar o para llevar comida a sus casas. Mabel Ferreira, una de las impulsoras dice sentirse motivada y que el acompañamiento ciudadano permite llegar cada vez a más personas golpeadas por esta crisis. Agradeció a quienes se suman a la idea que se extenderá en todo este tiempo de restricciones. Para el día de mañana prevén cocinar chipas para repartir a estas familias que están pasando un momento bastante difícil. Esta comilona dejó de limitarse a los chiperos desempleados y los beneficiarios llegan desde distintos puntos del distrito incluyendo las zonas rurales. 
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