El coronavirus sigue causando estragos en Brasil, que esta semana superó los 400.000 muertos, mientras la batalla por las vacunas genera críticas y denuncias en el gigante latinoamericano, y la tensión hospitalaria se mantiene alta en Chile, Paraguay, Uruguay y Bolivia.
Esta semana, Brasil rechazó por cuestiones de seguridad la importación de la vacuna rusa Sputnik V y días después recibió un pedido de 1 millón de dosis de la vacuna estadounidense Pfizer, la misma que el año pasado había rechazado por las condiciones inaceptables que ponía la farmacéutica en el contrato.
El rechazo de la Sputnik V generó controversias dado que, por un lado, había sido contratada por nueve gobernadores que vieron como las dosis esperadas desaparecían de sus manos y, por el otro, porque los fabricantes rusos le iniciaron una demanda al ente regulador brasilero argumentando que se difundió «información falsa e inexacta».
El fondo ruso que comercializa la vacuna atribuyó la decisión a presiones de Estados Unidos sobre el Gobierno de Jair Bolsonaro, quien está siendo investigado por una comisión del Senado por su manejo de la pandemia.
Las vacunas que mandó Pfizer, que deberá entregar otros 99 millones de dosis de aquí a septiembre, se distribuirán en forma equitativa entre todos los estados.
De acuerdo con los datos del consorcio de medios de prensa de Brasil, poco más del 14% de la población recibió una primera dosis de la vacuna y menos del 7% las dos. Hasta ahora se usaron el fármaco chino Sinovac y el de AstraZéneca.
Pese al avance de la vacunación, Brasil, el segundo país con más fallecidos por el coronavirus, superó esta semana los 400.000 muertos y los 14,6 millones de contagios, y una de las principales razones es la cepa más contagiosa que surgió del descontrol en Manaos, la capital del estado de Amazonas, y que se fue expandiendo por toda la región.
Por ejemplo, Uruguay, que comparte poco más de 1.000 kilómetros de frontera con Brasil, detectó esta semana que la variante de Manaos representa el 98% de los casos confirmados y está presente en los 19 departamentos del país, según un informe realizado por el Grupo de Trabajo Interinstitucional para el Monitoreo de Variantes de SARS-CoV-2 del Instituto Pasteur de Uruguay.
El resultado del estudio se dio a conocer un día después de que el Gobierno anunciara el retorno a las clases presenciales en etapas y la extensión hasta el 16 de mayo de las medidas de restricción vinculadas a la circulación, eventos sociales y oficinas públicas.
El regreso a clases comenzará el lunes en escuelas rurales con docente único y se irán incorporando gradualmente hasta el 18 de mayo las escuelas que tienen un mayor número de alumnos.
Por su parte, Chile anunció esta semana que once comunas chilenas avanzaron de fase en el llamado plan Paso a Paso, mientras que otras seis retrocedieron.
La subsecretaria de Salud, Paula Daza, explicó que los criterios para adoptar estas decisiones se relacionan con la disponibilidad de camas de terapia intensiva, la incidencia del número de casos, la positividad y su avance y el tiempo que llevan las comunas en las distintas etapas.
Chile, que superó las 26.000 muertes por coronavirus, ya vacunó a más de 8 millones de personas con la primera dosis de alguna de las vacunas disponibles y a más de 6,4 millones con las dos aplicaciones correspondientes.
Esto significa una inmunización del 42,5% de la población y sitúa al país en el segundo puesto del ranking mundial con mayor porcentaje de población completamente vacunada.
Bolivia, por su parte, que viene algo rezagada en materia de vacunación, esta semana logró algunos avances, con la llegada de casi 100.000 dosis de vacunas a través del mecanismo Covax y con el inicio de las negociaciones para fabricar en el país la nueva vacuna rusa Sputnik Light, que es efectiva con una sola dosis.
Así lo informó el embajador de Moscú en La Paz, Mijail Ledeniov, quien precisó que se trata de un proyecto del Ministerio de Salud.
La eventual producción local de la vacuna rusa seguiría a la recién iniciada fabricación de Avifavir, un medicamento contra la Covid-19 también hecho en el gigante euroasiático que el laboratorio boliviano Sigma pretende hacer llegar a varios países latinoamericanos.
Mientras desarrollan la campaña de vacunación, las autoridades decidieron extender hasta el 30 de junio las medidas de restricción que rigen desde enero, para intentar frenar el aumento sostenido de los contagios.
Las medidas contra la pandemia causada por el coronavirus incluyen la obligatoriedad del uso de barbijos en lugares públicos, distanciamiento físico entre personas y prohibición de actividades de todo tipo en espacios cerrados o no ventilados.
Bolivia acumula más de 302.000 contagios y casi 13.000 muertos desde el inicio de la pandemia y hasta el momento administró en torno a las 760.000 dosis de vacunas.
El Gobierno de Paraguay, por último, advirtió esta semana que si se mantiene el ritmo de decesos diarios por coronavirus, la Covid-19 pasaría a ser la primera causa de muerte en el país, por encima de las enfermedades del sistema circulatorio, habitualmente al tope de las razones de fallecimientos.
Según un informe del órgano estatal Vigilancia de la Salud, el tiempo de duplicación de fallecimientos por coronavirus actual es de 50 días, mientras que la duplicación de casos es de 76 días.
Aun así, las medidas dispuestas por el Gobierno para atacar la suba de positivos no son drásticas: restricciones en la circulación en 59 ciudades, los locales gastronómicos pueden funcionar en espacios al aire libre y entregas a domicilio, al igual que comercios bien ventilados, todo hasta el 10 de mayo. Télam// IP
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