En la noche del hurto y atentado a la Municipalidad de Encarnación, Simón Garay estaba ocupando su puesto como sereno de la oficina del Sindicato de Funcionarios Municipales ubicada frente a la Plazoleta, al costado de la sede comunal.
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Garay relató que en esa lluviosa noche se encontraba sentado en su vehículo frente al acceso a las oficinas y luego ingresó a su recinto para cargar el celular, unos 40 minutos más tarde oyó un ruido extraño por lo que salió a ver de qué se trataba, como frente a las oficinas hay un gran murallón que impide la vista directa a la Municipalidad por lo que atravesó el pasillo y pudo ver a lo lejos el humo, rápidamente se acercó a la puerta que da a la Plazoleta, tomó dos o tres fotografías y fue corriendo a dar aviso a la guardia en la Dirección de Tránsito donde encontró a dos efectivos enfrente de la explanada y estos le comunicaron que habían llamado a los Bomberos. Garay relata que en ese momento retornó hacia la parte trasera de la sede comunal y le sorprendió ver que ya había un periodista tomando fotografías en el lugar, posteriormente se enteró que se trataba de Fabián Portillo, pareja sentimental de Mirta Herrera.
“Llovía mucho esa noche y era plena madrugada y me llamó la atención que demasiado rápido haya llegado la prensa porque todavía no había nadie, me fui junto a él y me dijo: Vos sos el testigo clave porque vos sacaste la primera foto. Ahí sí que más me llamó la atención porque si me vió cuando salí y saque la foto entonces él estaba ya ahí mirando desde hace rato y confirmé cuando vi que guardó sus cosas en su auto, ahí me acordé que cuando salí ya estaba su auto estacionado frente al mío”(sic.). relató Garay.
Por su parte Fabián Portillo declaró que efectivamente él fue uno de los primeros en llegar argumentando que salió en plena madrugada para comprar un remedio ya que se sentía mal y al bajar por la calle Kreusser vio el humo y se quedó, también señaló que él dio aviso a su novia Mirta Herrera sobre el incendio.
Pero otros hechos también llamativos surgieron en los días posteriores cuando el efectivo policial, Ramiro Rodas, de Investigaciones llega hasta la vivienda de Simón Garay para comunicarle que debía ir a declarar en la Fiscalía, lo lleva en una patrullera pero en lugar de ir directo a la sede del Ministerio Público lo deja frente a la Municipalidad de Encarnación donde en el estacionamiento lo esperaban Zulma Memmel y otras dos personas que él no reconoció. En el rodado lo transportaron hasta la Fiscalía y recuerda que de manera insistente querían inducirlo a que declare que la puerta trasera ubicada frente a la Plazoleta por donde se supone ingresaron los malvivientes, se encontraba abierta.
“Ella me decía (Zulma Memmel), vos tenés que decir la verdad, así como pasó todo, tenés que contar que la puerta estaba abierta, que Fabián (Portillo) dijo también que la puerta estaba abierta, pero yo le dije que la puerta yo ví cerrada, yo estuve a 5 metros nomas de ahí y vi bien que estaba cerrada y le corte nomas ahí, le dije que no podía decir como ellos querían y así me fui y declaré» (sic.).
Es más, recordó que Memmel le comunicó en el trayecto al Ministerio Público que ya tenían por escrito lo que debía declarar ante la Fiscalía a lo que se negó rotundamente.
Según continuó relatando Simón Garay en la Fiscalía declaró en presencia del asesor jurídico de la Municipalidad de Encarnación, William Amarilla quien constantemente interrumpía para proponer preguntas o hacerlas él mismo al testigo, pese a que estaba fuera de su competencia participar del interrogatorio ya que no era querellante ni defensor del testigo.
Como declaró en contra de las insinuaciones de sus superiores, inmediatamente fue trasladado de su puesto de trabajo que ocupó por 6 años y lo asignaron a Aseo Urbano para que barra las calles de la ciudad, incluso intentaron trasladarlo a recolección de residuos en el camión compactador pero se negó alegando un problema de salud.
Finalmente el Juez Sumariante Leonardo Petta recomienda su despido ya que supuestamente no se encontraba en su puesto de trabajo algo que él niega rotundamente. Extrañado se pregunta porqué lo persiguen y no toman medida alguna en contra de los responsables directos del manejo del dinero, pero sí en contra de él.
La declaración de Simón Garay es trascendental pues si las puertas estaban cerradas se puede confirmar la participación de funcionarios de la comuna en el atentado, de otro modo las cerraduras deberían haber sido violentadas.
Armando Zacarías, el sindicado como responsable de conducir el automóvil hasta el lugar del atentado declaró que Miriam Irala le entregó las llaves de las puertas pero Miriam siendo cajera no tenía acceso a las mismas por lo que otra persona de mayor rango debería habérselas entregado Irala y ésta a su vez a Zacarías.
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