Luis tiene una historia de superación. Venció a las adicciones y salió adelante, convertido en emprendedor, a través de la fabricación de termos artesanales desde la Unidad Penitenciaria Industrial Esperanza (UPIE), dónde privado de libertad, ha expandido un taller en el que diez camaradas acompañan el trabajo con ventas a empresas y revendedores. El año pasado, en un solo lote de pedido, comercializó 900 termos forrados.
Tiene 34 años y un semblante optimista, porque a pesar de haber transcurrido nueve años de los 13 de condena, se siente un hombre nuevo. “La gente no cree en la reinserción, pero yo soy un ejemplo de ello. El penal fue una escuela para mí; razoné y me salí de la mala vida que me dañaba todos los días, y a mi familia que no se merecía”, confiesa Luis o “Pototo” como le apodan.
«Intramuro» continuó el colegio y estudió electricidad domiciliaria con Sinafocal, como programas de reinserción. Además, aprendió a producir termos y los secretos del negocio, con Rony, una ex PPL que hoy le apoya con insumos y ventas.
Deja notar disciplina y mesura en sus actos. “Me despierto a las 4.00 am y camino 45 minutos, tomo una ducha, paso control de lista, desayuno y me dirijo al taller porque a las 6.00 de la mañana ya está todo el equipo alistado, hasta las 17.00 horas. Contamos con dos bordadoras y dos máquinas rectas ahora -porque algunas deben repararse- en un gran espacio que permite realizar los procesos del forrado en cuero, donde cada uno tiene asignada su actividad.
Los productos desarrollados se terminan con excelente acabado. Se hacen bajo pedido con amplia gama de forrados en cuero o cuerina bordados y consisten en termo de tereré con soporte para guampa y tira de agarre; Kit de termo de mate o tereré frío-caliente, yerbera, guampa y bolso; Kit de mate con bandeja y; kit champañera y vasos chopp. «Los Kits de termos son los favoritos por el día del padre; estamos trabajando hasta las 8 de la noche con los pedidos», acotó el emprendedor.
Los productos son de Latente, una plataforma digital que nació desde el Ministerio de Justicia y que visibiliza lo hecho en establecimientos penitenciarios. Los kits oscilan un costo de 200.000 guaraníes. Los interesados en hacer pedidos llamando al +595976193235.
Luis creció en un modesto vecindario del barrio Ricardo Brugada de Asunción, viviendo con su padre empleado de la Municipalidad capitalina y su madre, doña Inés, que acompañó sus tareas escolares tras el mostrador de una despensa que atendía en la casa. A los 14 años, salió a ganarse la vida haciendo changas, hasta que un tío lo empleó en su metalúrgica a tiempo completo, lo que le arrebató la posibilidad de terminar el secundario. Un suceso fallido lo puso tras las rejas.
“Nada me va a devolver el tiempo sin mi familia, mi hijo. Le pedí perdón a mamá, y le prometí que más haría cosas malas, y le voy a demostrar en lo que me quede de vida. Estoy bien, trabajando y hasta voy ahorrando una plata para comprarme una casita al salir”, concluye Luis.
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