Alto Verá registra una escalada de violencia que mantiene en vilo a sus habitantes. Todo parece haberse desatado tras la muerte de Bartolomé Correa Méndez, quien fue abatido por la Policía Nacional días atrás, y sobre quien pesaban once órdenes de captura por diversos hechos criminales. Su caída habría provocado una ruptura en el delicado equilibrio de poder dentro del submundo criminal local.
Correa Méndez, considerado uno de los principales referentes del crimen organizado en la zona, operaba con conexiones que se extendían a bandas dedicadas al abigeato, tráfico y homicidios. Su desaparición habría dado lugar a una lucha interna por el control territorial, desencadenando una serie de hechos graves en apenas 24 horas.
El caso más alarmante fue reportado por la Comisaría 77ª de Yataí, el miércoles 21 de mayo a las 11:30 horas, cuando personal policial fue alertado mediante una llamada anónima sobre la presencia de cuerpos en una zona boscosa perteneciente a una comunidad indígena.
Los cadáveres pertenecían a César Blanco y Claudio Blanco, ambos con frondosos antecedentes y órdenes de captura por delitos que incluyen hurto agravado, abigeato y homicidio doloso. El equipo forense diagnosticó como causa probable de muerte traumatismo de cráneo encefálico por impacto de proyectil de arma de fuego. Las víctimas presentaban múltiples disparos y, según las primeras pericias, habrían sido torturadas y ejecutadas en otro lugar, antes de ser arrojadas en el sitio del hallazgo.
El Suboficial Principal Nelson Carballo, del Departamento de Criminalística, y el fiscal Abg. Héctor Garay encabezaron la investigación preliminar. La hipótesis principal es que se trataría de una venganza o ajuste de cuentas entre grupos criminales rivales.
Apenas una hora después del hallazgo de los cuerpos, otro hecho preocupante fue reportado por la Comisaría 98ª de Tarumá: el intento de incendio de una vivienda precaria perteneciente a María Duarte, en la segunda línea de la localidad.
Los agentes encontraron en la escena una antorcha incrustada entre las tablas de la ventana, junto a una botella plástica que habría contenido combustible, lo que refuerza la teoría de que el hecho fue intencional y premeditado. La rápida acción policial evitó una tragedia mayor, pero el mensaje fue claro: el clima de amenazas y represalias se ha instalado en la zona.
Este medio no se hace responsable ni partícipe de las opiniones vertidas por los usuarios de esta sección. Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales. Itapúa en Noticias se reserva el derecho de eliminar aquellos comentarios injuriantes, discriminadores o contrarios a las leyes de la República del Paraguay