Hoy se cumplen nueve años de la trágica jornada del 28 de febrero de 2016, cuando Luis Miguel Araujo perdió la vida en un acto de valentía al intentar rescatar a tres niños que estaban a punto de ahogarse en las aguas de la playa Mboi Cae de Encarnación.
Luis, un joven de 23 años que residía en el barrio San Pedro y trabajaba como guardia de seguridad en la empresa Tapití SRL, no dudó en lanzarse al río al escuchar los desesperados gritos de auxilio de una madre que veía cómo sus hijos eran arrastrados por la corriente.
En un esfuerzo sobrehumano, logró poner a salvo a dos menores, Kiara Celina y Cecilia Micaela Martínez Rolón, de 14 y 12 años respectivamente. Sin embargo, al regresar para rescatar al pequeño Jesús María Martínez Rolón, de 11 años, la fuerza del agua lo venció y ambos desaparecieron. Sus cuerpos fueron hallados horas más tarde, a pocos metros del lugar donde fueron vistos por última vez.
El niño fallecido, oriundo de San Juan Bautista, Misiones, había llegado con su familia para disfrutar de un domingo en la playa. Cerca de las 10:20, junto a sus hermanas, ingresó al agua para refrescarse, pero sin darse cuenta cruzaron el límite de seguridad y fueron arrastrados por la corriente.
El sacrificio de Luis Miguel Araujo lo convirtió en un héroe para la comunidad encarnacena. En su memoria, un monolito se erige en el lugar de la tragedia, recordando su valentía y entrega. Hoy, a nueve años de aquel fatídico día, su acto de amor y sacrificio sigue vivo en la memoria de quienes lo conocieron y en el corazón de toda la ciudadanía.
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