DIMABEL SUSPENDE IMPORTACIÓN DE ARMAS Y MUNICIONES PARA CONTROLAR EL MERCADO INTERNO

La Dirección de Material Bélico (Dimabel) suspendió la importación de armas y municiones para “ejercer un control efectivo sobre el mercado interno” y “la reducción del tráfico ilícito”, según un comunicado de la difundido este martes a los medios locales.

Los materiales explosivos destinados al uso del Estado y los accesorios de armas y afines quedan exentos de esta restricción y su comercio podrá continuar “con toda normalidad”.

La normativa está fechada el 11 de mayo de este año. La Dimabel no aclaró cuándo se levantarán las prohibiciones y solo señala en su comunicado que se mantendrá la suspensión “hasta nueva disposición”.

El organismo aprovechará este periodo de tiempo para actualizar sus sistemas informáticos y para mejorar su cooperación con otros organismos del Estado, como la Fiscalía y la Policía Nacional.

También se busca cumplir con las “condiciones favorables” para realizar operativos “conjuntos y combinados” con las autoridades brasileñas, según se lee en el comunicado.

Paraguay reforzó en el año 2010 su normativa sobre armas de fuego, en la que establece las autoridades competentes para el control, los requisitos para la tenencia o las prohibiciones.

Paraguay no permite la comercialización de armas de fuego a turistas extranjeros, el envío de armas o munición por correo o el uso de munición fabricada sin permiso.

La normativa también condena el tráfico ilícito de armas en el territorio paraguayo con penas privativas de libertad de hasta diez años de cárcel, sin embargo, el país es una vía de paso para el comercio ilegal de armas, informó la agencia EFE en su portal web.

La ruta del tráfico armamentístico en Paraguay se suele iniciar a través del Chaco paraguayo, al norte del país, para luego derivar la mercancía hacia Brasil o Argentina, según apuntan algunas informaciones de la Fundación Arias para la paz y el progreso humano.

Esos estudios señalan que en la década de los 90, Paraguay importaba entre 70.000 y 80.000 armas a través de Brasil, que luego volvían a territorio brasileño a través de compradores de ese país.

En la actualidad, las vías del tráfico de armas han invertido su origen, que ahora se ubica en ciudades argentinas, pero mantienen Brasil como destino, un lugar de fácil acceso a través de la Triple Frontera y de las fronteras porosas.

Sin embargo, el tráfico de armas a través de la frontera paraguayo-brasileña va acompañado del comercio ilícito de cigarrillos, lavado de dinero o trabajo esclavo, según informaciones del Instituto Brasileño de Ética en los Negocios (ETCO).

Las estimaciones que se manejan en Paraguay apuntan a que el mercado negro de armas mueve entre 100.000 y 700.000 objetos armamentísticos al año, frente a las 400.000 armas registradas de manera legal para el uso civil, según datos del Centro de Estudios Judiciales correspondientes a 2016.//IP


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