El Día Mundial de la Salud Mental, que se celebra cada año el 10 de octubre, aspira a acrecentar la conciencia del público en torno a los problemas de salud mental.
La salud mental se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.
Aproximadamente 4 de cada 5 personas que necesitan atención por trastornos mentales, neurológicos y por uso de sustancias, en países con escasos recursos, no las reciben. Se ha elaborado una nueva guía de intervención para ser aplicada en el nivel de atención de salud no especializada. Está dirigida a los profesionales de atención de salud que trabajan en los establecimientos del primer y del segundo nivel.
La salud mental está además relacionada con nuestro raciocinio, nuestras emociones y nuestro comportamiento frente a diferentes situaciones de la vida cotidiana, por tanto es un aspecto que no debemos descuidar en ninguna de nuestras etapas vitales, ya que un déficit puede contribuir a la proliferación de enfermedades de tipo somático y afectivo, como pueden ser la ansiedad y la depresión.
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