Paraguay sigue como sexto país con mayor superficie de transgénicos con 3,6 millones de hectáreas, atrás de EE.UU, Brasil, Argentina, Canadá e India que combinados representan el 91% de la superficie mundial con cultivos transgénicos, según los informes del Servicio Internacional de Adquisición de Aplicaciones de Agrobiotecnología (ISAAA por su sigla en inglés).
Según su informe anual “Estado mundial de los cultivos transgénicos/genéticamente modificados (GM) comercializados en 2016”, la adopción de cultivos GM aumentó unas 110 veces a nivel global en tan sólo 21 años de comercialización, desde las primeras 1,7 millones de hectáreas en 1996 a las 185,1 millones de hectáreas en 2016.
El informe demuestra también los beneficios que estos cultivos han aportado a los agricultores en los países industrializados y en desarrollo, así como también, los beneficios que las nuevas variedades brindan a los consumidores.
“Los cultivos transgénicos se han convertido en un recurso indispensable para los agricultores de todo el mundo debido a la gran cantidad de beneficios que ofrecen por su mejor productividad y rentabilidad, así como también por el menor esfuerzo que requieren”, afirmó Paul S. Teng, presidente del directorio de ISAAA.
“Gracias a las autorizaciones comerciales y al cultivo de variedades de papas y manzanas genéticamente modificadas, los consumidores comenzarán a disfrutar los beneficios directos de la biotecnología en frutas y hortalizas que se dañan o se echan a perder menos, lo que permite reducir sustancialmente el desperdicio de alimentos y los costos que estos tienen para el consumidor”, agregó.
Al examinar otros beneficios de la biotecnología, los informes de ISAAA muestran que la adopción de los cultivos GM redujo las emisiones de CO2 y, que en años recientes la reducción fue equivalente a eliminar aproximadamente 12 millones de automóviles por año de las calles. Tal adopción permitió además conservar la biodiversidad, ya que hubo 19,4 millones de hectáreas de tierra menos dedicadas a la agricultura en 2015 y disminuyó el impacto ambiental mediante reducciones del 19% en el uso de insecticidas y herbicidas. Asimismo, en los países en desarrollo, los cultivos transgénicos aumentaron los ingresos de 18 millones de pequeños agricultores y sus familias.
“La biotecnología es una de las herramientas necesarias para ayudar a los agricultores a cultivar más alimentos en menos tierra. Sin embargo, las promesas de los cultivos transgénicos sólo pueden convertirse en realidad si los agricultores pueden usarlos, y esto depende de que se hagan las pruebas científicas necesarias para otorgar las autorizaciones regulatorias”, explicó el coordinador global de ISAAA, Randy Hautea.
ISAAA considera que a medida que se aprueben y se comercialicen más variedades GM, el porcentaje de adopción irá en aumento y beneficiará a los agricultores de los países en desarrollo.
Fuente: www.isaaa.org