Los estados de Sao Paulo, con tres muertes, y Espírito Santo, con una, reportaron este lunes los primeros decesos confirmados por causa de la fiebre amarilla para el Brasil en lo que va de este año. Con estas cuatro muertes, se eleva a 46 el número de víctimas mortales por el brote que tiene en alerta a algunas regiones del país.
El más reciente boletín del Ministerio de Salud, divulgado este lunes, indicó que a las 42 muertes registradas en Minas Gerais hasta la semana pasada se sumaron las tres de Sao Paulo y la otra de Espírito Santo, los tres estados de la región Sudeste, la más rica y poblada del país.
Existen también casos sospechosos de la enfermedad en Mato Grosso do Sul (occidente) y Bahía (nordeste), mientras los que estaban en fase de investigación en el Distrito Federal de Brasilia y Goiás, ambos en la región central, fueron descartados.
En total, Brasil registra en el primer mes del año 568 casos sospechosos, de los cuales 430 permanecen en investigación, 130 fueron confirmados y 31 descartados.
El nuevo reporte, además, apuntó que de las 113 muertes que se sospechan fueron causadas por la enfermedad, 46 de ellas fueron confirmadas y 64 siguen en investigación. Las otras tres se descartaron.
El Ministerio de Salud aumentó las existencias de la vacuna y envió 7,5 millones de dosis extras a las regiones afectadas, casi la mitad de ellas a Minas Gerais, que tiene 55 municipios en alerta y donde se registran 509 de los casos sospechosos.
Los especialistas distinguen dos tipos de fiebre amarilla que se diferencian por el mosquito transmisor: la silvestre -transmitida por el Haemagogus y el Sabethes, que ataca principalmente a los monos- y la urbana, que transmite el aedes aegypti, el vector del dengue, el zika y el chikunguña.
Según datos oficiales, los últimos casos de fiebre amarilla en ciudades brasileñas se registraron en 1942, en el estado de Acre. EFE