El tramo de Nueva Alborada se vive como una verdadera fiesta. En un ambiente familiar, los fanáticos del automovilismo, tanto nacionales como extranjeros, comparten como si se conocieran de toda la vida. El rugir de los motores se mezcla con risas, tereré y el entusiasmo de quienes siguen muy atentos cada curva, disfrutando del espectáculo y respetando siempre los límites de seguridad.
Entre el público, los apasionados del rally celebran cada pasada con efusivos aplausos y por supuesto no faltan con comentarios, analizando la velocidad y la actuación de los pilotos. Esa energía refleja la pasión con que se vive esta competencia, tanto por los locales como por los visitantes.
El ambiente es único, automovilismo, amistad, cultura y paisajes increíbles se fusionan para dar inicio oficial a la competencia mundial. Un fin de semana que promete ser inolvidable en el sur del país.
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