Un espeluznante hecho sacudió a los pobladores de la compañía Arroyo Frazada, en el distrito de San Pedro del Paraná, departamento de Itapúa, tras el hallazgo de dos cadáveres en avanzado estado de rigidez cadavérica y con evidentes signos de violencia. Ambos cuerpos fueron encontrados flotando en las aguas del arroyo Tacuary, en circunstancias que apuntan fuertemente a un “sello de la mafia”.
Según el informe oficial de la Comisaría 100° de Arroyo Frazada, el primer cuerpo fue visualizado cerca de las 11:40 horas del miércoles 17 de julio, gracias al aviso de un transeúnte. La víctima, de género masculino y con vestimenta compuesta por una remera negra con rojo y pantalón oscuro, se encontraba con ambas piernas atadas con alambre y una carpa, flotando en el cauce hídrico.
Mientras continuaban las diligencias en la zona, alrededor de las 13:40 horas, los agentes intervinientes encontraron un segundo cadáver, también masculino, envuelto en una carpa, debajo de un puente del mismo arroyo.
Hasta el lugar se trasladaron el agente fiscal de la Unidad N.º 2 de San Pedro del Paraná, abogado Rolando Ortega, y el médico forense Dr. Fernando Martínez, quienes coordinaron las labores de extracción de los cuerpos, con apoyo del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de La Paz. También participaron técnicos del Departamento de Criminalística de la Policía Nacional, encabezados por el Suboficial Mayor P.S. Nelson Carballo.
Mediante el sistema de identificación AFIS, los peritos lograron identificar a las víctimas. Se trata de Marcos Antonio Peralta Martínez, de 23 años, oriundo de Curuguaty, con antecedentes por transgresión a la Ley 1340/88 sobre drogas, registrado en la Secretaría de Sentencia con el N.º 31/18. Su cuerpo presentaba una herida de arma de fuego en la cabeza y otra a la altura del epigastrio, siendo la causa de muerte un “politraumatismo de cráneo severo”.
La segunda víctima fue identificada como Ronald Alexis Camacho Ortigoza, de 27 años, domiciliado en Mayor Otaño, departamento de Itapúa. Su cuerpo mostraba heridas por proyectiles en la cabeza y múltiples heridas cortantes en la espalda, presumiblemente provocadas por arma blanca. El diagnóstico médico también determinó como causa de muerte un “politraumatismo de cráneo severo”.
Ambos cuerpos presentaban signos de haber estado en el agua por más de 12 horas y menos de 24, de acuerdo con el informe del forense.
En el sitio se procedió al levantamiento de evidencias balísticas, toma de fotografías e inspección técnica y científica del lugar del crimen. El fiscal Ortega ordenó el traslado de los cadáveres hasta la morgue del Hospital Regional de Encarnación, en espera de familiares.
El caso es investigado como un supuesto hecho de homicidio doloso múltiple, y aún no se descarta la vinculación con actividades delictivas, considerando los antecedentes penales de al menos una de las víctimas. La Policía Nacional y el Ministerio Público continúan con las diligencias para esclarecer las circunstancias del hecho, identificar a los responsables y determinar el posible móvil del crimen.
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