Con el corazón destrozado y en medio de una profunda angustia, Ana Vázquez, una señora oriunda del distrito de Mayor Otaño, departamento de Itapúa, enfrenta una dolorosa situación familiar y humanitaria. Su hija, quien había emigrado a Francia en busca de un futuro mejor, falleció hace un año aproximadamente, dejando a su pequeña hija sin familiares directos en el país europeo.
La niña, de nacionalidad argentina, fue trasladada a un orfanato por las autoridades francesas, ya que su padre —residente en Argentina— no se ha hecho responsable ni ha manifestado intención alguna de asumir la custodia, según relata la abuela.
Ana, sumida en la desesperación, clama por ayuda para reencontrarse con su nieta, a quien desea cuidar y brindarle un hogar. “Estoy destrozada. Perdí a mi hija y ahora me están quitando también a mi nieta. Solo quiero cuidar a mi nieta, que es lo único que me queda”, expresó con lágrimas en los ojos.
A pesar de haber realizado todos los trámites necesarios en Paraguay, tanto a través de organismos del Estado como de gestiones ante organismos consulares, el proceso está estancado y sin respuestas concretas. La incertidumbre crece día a día mientras la menor permanece en un centro de acogida en Francia, sin contacto con su única abuela viva.
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