El biólogo Pier Cacciali explicó este lunes que tiene datos estadísticos de unos 400 a 700 casos de accidentes ofíbicos por año, lo que quiere que decir que son más de dos casos por día en promedio.
Comentó que los ataques de serpientes se producen con más intensidad en épocas de calor y que solo algunos se dan a conocer.
«Lo que probablemente se esté dando es que se presenta más en poblados. Antes se daba mucho más en áreas rurales, donde sin WhatsApp estos casos no eran sonados. También tenemos un crecimiento poblacional importante respecto a décadas atrás y una pérdida de hábitat muy grande de las serpientes», expresó.
El especialista manifestó que de la cobertura original del Bosque Atlántico, donde hay mucha diversidad de especies yararás, actualmente queda un 5% de cobertura del hábitat de la especie y que el animal no tiene otra alternativa que llegar a las áreas rurales donde habita el ser humano y es ahí donde se producen los accidentes.
Explicó que la selva era el refugio y el lugar en donde se alimentaban y ahora hay cada vez menos selva. Por tal motivo, buscan zonas de cultivo, donde pueda haber ratones que se alimentan de los cultivos y también llegan a las áreas rurales, en donde principalmente los yararás buscan a los roedores.
El biólogo señaló que los ataques registrados en el país son con serpientes cascabeles y yararás, que van en busca de ratones para alimentarse.
El profesional aclaró que las serpientes no inyectan la misma cantidad de veneno a los seres humanos que a las presas y especificó que si esto ocurría, prácticamente el 100% de los casos de mordeduras iban a ser fatales.
Explicó que si habían lluvias, las serpientes iban a estar más retiradas de las viviendas, porque entran en un proceso de apareamiento, porque sin lluvias no están en periodo reproductivo. Aseguró que con esta sequía solamente buscan alimentarse.
El especialista recomienda mantener limpios los lugares donde puedan haber ratones, para así evitar que las serpientes se acerquen en busca de las presas.
También insta a eliminar refugios que puedan tener los roedores, porque al tener un espacio, los ratones agarran algo para comer y así, la serpiente va detrás y entra en la cueva de los mismos.
En Asunción, hace 50 años que no se reportan registros de apariciones de serpientes venenosas.
Algunos ataques registrados
Días atrás, una serpiente mordió a un niño de tres años en la compañía Santa Librada, de Curuguaty, Departamento de Canindeyú. Este fue el sexto caso de accidente ofídico en menos de un mes en dicha ciudad.
Según los reportes, el niño fue trasladado por su madre hasta el hospital distrital de la zona, donde le aplicaron el suero antiofídico.
Posteriormente, los médicos decidieron su traslado al Instituto de Medicina Tropical de Asunción para una mejor atención.
Por otra parte, una niña de seis años, quien fue mordida por una serpiente en Capitán Bado, Departamento de Amambay, falleció mientras estaba siendo trasladada hasta un centro asistencial en Asunción.
Otra víctima fatal fue un niño de siete años que estaba con muerte cerebral tras ser atacado por una serpiente en la colonia Araújo Cué, en Curuguaty, Departamento de Canindeyú. El pequeño finalmente falleció en el Instituto de Medicina Tropical, en Asunción.
Otros dos casos de mordeduras de serpientes se registraron en los últimos días en las ciudades de Caapucú y Sapucái, Departamento de Paraguarí.
Fuente UH
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