El promedio de merma en el cultivo mecanizado como efecto de la intensa sequía, fenómeno conocido como La Niña, es de 20%, mientras que en la agricultura familiar es de 40%, según el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). En el primer caso, los productores de soja aún no reportan pérdidas económicas millonarias, pero la falta de agua ya hizo que se atrase el calendario agrícola, lo que afectará el próximo año principalmente al maíz y el trigo. En cuanto a los incendios, hubo zonas del sur del país donde destruyeron plantines, pero también arrasaron en áreas de siembra.
“Los daños para una parcela agrícola no tienen valor económico en el sentido de cuantificar en plata, pero sí el daño es enorme, porque es un proceso de más de 30 años de siembra directa, donde se fueron acumulando los residuos de los cultivos sucesivos e incorporando materia orgánica al suelo, mejorando la fertilidad y con el fuego se degrada el suelo, es volver a comenzar y perder casi 30 años de trabajo”, lamentó el titular de la Unión de Gremios de la Producción, Héctor Cristaldo.
La esperanza se concentra en las lluvias que se pronostican para esta segunda quincena; sin embargo, como consecuencia del fuego, muchos agricultores deberán sembrar sin la cobertura que sirve para mantener la fertilidad, humedad y para evitar la erosión del suelo, lo que podrá repercutir en la producción final.
En cuanto a la agricultura familiar, el sector más golpeado por la sequía y los incendios, el ministro de Agricultura y Ganadería, Santiago Bertoni, dijo que la entidad debe brindar las condiciones para que se siga trabajando en los rubros hortícolas. Acotó que se estará operando para la implementación de 100 pozos para garantizar el riego de los cultivos, aunque admitió que no podrán cubrir la demanda total. De hecho el MAG tiene capacidad de asistir solo al 30% de los pequeños productores registrados.
GANADERÍA. Más del 50% de la producción ganadera se concentra en el Chaco, donde los incendios causaron estragos en viviendas y estancias, que perdieron kilómetros de alambrados, postes y hasta corrales, aunque el mayor impacto fue la muerte del ganadero Nicolás Ruiz Díaz en la ciudad de General Bruguez, Presidente Hayes. En cuanto a las pérdidas económicas aún no se pueden cuantificar.
El titular de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Pedro Galli, explicó que en la Región Occidental se experimenta una sequía desde el 2019 que no se pudo superar y que ahora incluso se agravó. Recordó que los ganaderos ya venían rematando sus animales, incluyendo las hembras, por la falta de pasto para alimentarlos. Fuente: UH
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