La industria de la stevia va en aumento, así como la demanda y las investigaciones sobre las propiedades de este producto premium de origen guaraní. En Estados Unidos, un joven compatriota lidera el estudio del oro verde.
Cuando llegaron los conquistadores europeos a América quedaron encandilados con el brillo del oro y las leyendas sobre El Dorado, y centraron su interés y empeño en acumular la mayor cantidad posible de metales preciosos, sin percatarse de que el verdadero tesoro era otro y no precisamente de color amarillo, sino verde.
Pasaron 500 años para que ese tesoro fuera descubierto y se empiece a reconocer su valor para la humanidad. Se trata de la stevia o ka’a he’ê, que puede convertirse en la respuesta a una vida más sana en el albor del nuevo milenio, en el que si bien las industrias redirigen su ingeniería hacia productos más saludables, la obesidad se tornó incontrolable y sus consecuencias cada vez más preocupantes.
A raíz de ello, hoy la tendencia mundial es evitar el uso del azúcar, pero hasta el momento los edulcorantes químicos sustitutos no convencen al gusto de los consumidores ni alcanzan la inocuidad recomendada para llevar una vida sana, como sí lo hace o puede hacer la stevia rebaudiana o ka’a he’ê, planta herbácea perenne nativa de Paraguay.
Así lo entienden en la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, donde están realizando trabajos científicos para profundizar en las propiedades del oro verde guaraní.
Uno de los investigadores es el joven compatriota e ingeniero agrónomo Andrés Sanabria, quien realizó su maestría allí. Él cuenta que en el 2008 se aprobó el consumo de stevia como un aditivo y edulcorante en el país del Norte; antes se desconocían las propiedades del ka’a he’ê.
En el 2011 se introdujo la stevia en Carolina del Norte y las empresas empezaron a producirla. Desde entonces se convirtió en un rubro interesante para los productores locales, a tal grado que en poco tiempo se fue diversificando hacia otros estados como Oregon, Michigan y California, que empezaron a producirla e investigarla.
“En la universidad están desarrollando variedades nuevas y trabajando en el manejo de enfermedades, especialmente orientadas a lo que es producción orgánica, la producción de ka’a he’ê sin aplicar ningún veneno”, revela Sanabria.
VÍNCULOS PARAGUAY-EEUU
Cuando Sanabria hacía su maestría en Ohio, EEUU, entró en contacto con un profesor estadounidense que investigaba el ka’a he’ê y este, al enterarse del origen de nuestro compatriota, le ofreció hacer un doctorado sobre el rubro. Entonces, se trasladó a la Universidad de Carolina del Norte, donde hace su doctorado y desde donde estableció vínculos con la Universidad Nacional de Asunción (UNA).
“La idea era trabajar en conjunto con la UNA y lo logramos. Tenemos un proyecto con la Facultad de Ciencias Químicas y hacemos talleres en Asunción con presencia de profesores norteamericanos, quienes van a compartir su experiencia e investigación con sus pares locales”, reveló.
En Paraguay, el doctor Javier Barúa Chamorro, investigador del Departamento de Química Biológica de la Facultad de Ciencias Químicas y director general de Investigación Científica y Tecnológica de la UNA, es contraparte de la investigación que Sanabria y el doctor profesor David Shew realizan en ambos países.
En los últimos días, Sanabria arribó a Paraguay, donde brindó charlas en la UNA. Ayer culminó el ciclo, que fue posible mediante la financiación de la Asociación Americana de Fitopatología. De las capacitaciones participaron referentes de la propia universidad nacional, del Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria, del Centro Multidisciplinario de Investigaciones Tecnológicas, entre otros.
“La idea es disminuir el retraso que hay en Paraguay en cuanto a la investigación porque en EEUU, en pocos años, desarrollaron aspectos importantes para el cultivo”, explicó el investigador y agregó que en el Norte todo es mecanizado.
CAROLINA DEL NORTE
Las primeras plantaciones de stevia en Carolina del Norte, en el 2011, fueron cultivos alternativos para los productores de tabaco. Hicieron que las semillas de stevia germinaran en bandejas flotantes (igual que el tabaco) y tras 8 a 12 semanas las trasplantaban al campo.
Según las investigaciones de la universidad norteamericana, para los cultivos de primer año, las plántulas de stevia (10-12 semanas) se trasplantan al campo a fines de abril-mayo. Muchos factores de la producción, incluida la fertilidad, el espacio entre hileras y la densidad de las plantas varían de una granja a otra de acuerdo a la disponibilidad de equipos y otros cultivos que se están produciendo. La densidad de las plantas puede variar de 22.000 a 44.000 plantas por acre (0,4 hectárea).
“Son estas tecnologías las que queremos incorporar en Paraguay para levantar el cultivo, que sea como una marca país. Debería ser así porque es un cultivo originario de Paraguay y la gente no lo conoce. Muchas personas creen que es una hierba que proviene de China”, afirma con orgullo el paraguayo y agrega que lastimosamente en nuestro país la mayor parte del conocimiento sobre el manejo de enfermedades y cultivos se basa en lo empírico. “No hay información actualizada, ni sobre protocolos de diagnóstico y manejo de enfermedades para la stevia”, subrayó.
MERCADO GLOBAL
Actualmente, las empresas buscan sustitutos del azúcar y en EEUU ya se fabrican múltiples productos con extractos de stevia incluidos Truvia, Zevia, Sweet Leaf, Stevia in the Raw.
En el país del Norte, cada hectárea produce entre 5.400 y 7.200 kilos de stevia. Si el producto es convencional, el precio ronda los US$ 1,14 por kg; si es orgánico, trepa a US$ 1,5.
A nivel global, el mercado de la stevia está valorado en más de US$ 400 millones anuales y se espera que aumente a más de US$ 1.045 millones para el 2023.
En este contexto, el cultivo especializado representa una alternativa importante para los pequeños agricultores paraguayos. Hoy ya genera ingresos para más del 30% de las familias rurales, pero esta cifra puede aumentar con las investigaciones.
En nuestro país, el precio de la stevia se mantiene entre los G. 8.000 y G. 12.000 por kilo, dependiendo de la calidad, señaló Juan Barbosa, presidente de la Cámara Paraguaya de Stevia (Capaste), quien agregó que el rinde por hectárea es, en promedio, de 2.000 kilos, lo que equivaldría a 3 millones de kilos al año, más o menos.
INVERSIÓN DE US$ 50 MILLONES
El titular de la Capaste, Barbosa, anunció que en el rubro podría darse una inversión de US$ 50 millones. “Estuve el mes pasado en Portugal y voy a viajar de nuevo el 4 de enero porque estoy consiguiendo un inversor muy grande, que está interesado en el cultivo, industrialización y exportación del producto. Es una empresa portuguesa que pondría una cristalizadora en Paraguay. Su interés es la exportación para los mercados europeos, para los países asiáticos y también árabes. La inversión rondaría los US$ 50 millones. Solo la cristalizadora tiene un costo de US$ 25 millones”, adelantó.
Por otro lado, reveló que este año el rubro de la stevia no creció en el país, pero aclaró que con la llegada de la empresa portuguesa existe la posibilidad de repuntar. Según estadísticas del Ministerio de Agricultura y Ganadería, el área de siembra estaría por las 1.500 hectáreas. Inicialmente, se cultivaba en Concepción, San Pedro y Canindeyú, pero actualmente la siembra se extendió a Caaguazú, Paraguarí, Caazapá, Itapúa y otras zonas.
En promedio, una persona siembra una hectárea de stevia en el país, por lo que a criterio de Barbosa el número de productores primarios rondaría los 1.500, cuyo producto es exportado mayormente a Japón, países de Europa, Estados Unidos y otros países de América.//LA NACIÓN
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