Desde el Pacífico, cerca del Ecuador, un patrón climático rige periódicamente las lluvias, las sequías, las inundaciones y las tormentas en toda la Tierra.
Es el llamado El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), un fenómeno meteorológico que se genera por el calentamiento de las aguas oceánicas y que trastoca periódicamente el clima del planeta.
«El ENOS cambia la los patrones de circulación de la atmósfera por lo que puede causar eventos muy extremos a lo largo de todo el mundo. Desde inundaciones en India o Australia hasta diluvios en la costa oeste de Sudamérica», explica a BBC Mundo Bin Wang, jefe del Departamento de Meteorología de la Universidad de Hawái.
Pero según el experto, esta oscilación atmosférica mostró en los últimos 40 años su lado más trágico: el llamado «Super El Niño», una versión más intensa del fenómeno con consecuencias aún más devastadoras.
«Los ‘Super El Niño’ son una forma muy extrema del ENOS en las que la intensidad puede hacer que las aguas del Pacifico se calienten hasta 3 o 4ºC más en comparación con la temperatura normal del océano», indica Bin.
Sin embargo, según el experto, solo se reportaron tres «Super El Niño» desde que se llevan registros en los últimos 130 años: la primera, en 1982, después en 1998 y, la última, en 2015.
Sin embargo, una investigación realizada por Bin y otro grupo de expertos y publicada esta semana en la prestigiosa revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences indica que el fenómeno extremo podría ser cada vez más frecuente… y más destructor.
Y, de acuerdo con Bin, hay un responsable detrás de esto: el calentamiento global producido por la acción humana.
«Si tenemos más «Super El Niño» o no, depende de cómo las fuerzas antropogénicas inducen el calentamiento global», indica el meteorólogo.
Un informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos publicado también esta semana indica que actualmente existen las condiciones para un «El Niño» neutral, es decir, que no manifieste sus efectos en los próximos meses.
Sin embargo, Bin recuerda que la activación del fenómeno es periódica y esto no descarta que en los próximos años pueda volver con toda su fuerza.
¿Qué halló la investigación?
El estudio, que se extendió por más de dos años, analizó por primera vez los registros climáticos sobre El Niño desde 1901 hasta 2017.
«Durante ese periodo hubo 33 eventos El Niño y analizamos cuándo comenzaron, cómo se desarrollaron, qué causó su desarrollo y cuál fue su impacto», recuerda Bin.
«El principal descubrimiento fue que el lugar donde se origina el ENOS ha cambiado del este del Pacífico al oeste desde la década de 1970 y eso coincide con los eventos más extremos», agrega el académico.
De acuerdo con el estudio, antes de 1970, el fenómeno se originaba en el lejano este del Pacífico, pero en el último medio siglo su foco se desplazó hacia una región más cálida: el oeste de ese océano.
¿A qué se debe ese cambio?
El estudio, explica Bin, indica que las aguas del oeste del Pacífico se han calentado desproporcionadamente más rápido que las del Pacífico central por la acción humana.
El calentamiento en esa región ha sido el responsable de los eventos más fuertes de El Niño que se han reportado en las últimas décadas y de los que podrían manifestarse en un futuro cercano, según el experto.
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«Si el oeste del Pacífico se continúa calentando más rápido que el Pacífico central, entonces El Niño será más frecuente y su intensidad se incrementará», señala.
En su criterio, la investigación evidencia cómo la acción humana puede conducir a mayores eventos extremos de El Niño en el futuro.
¿Cuáles son los efectos del «Super El Niño»?
De acuerdo con el experto, los «Super El Niño», como los que ocurrieron en 1982, 1998 y 2015, pueden subir de forma alarmante la temperatura global, generar más huracanes y tifones e incluso afectar ciclos naturales del planeta.
Sus daños pueden ir desde matar los arrecifes de coral hasta generar inundaciones, deslaves o grandes sequías.
«Genera eventos climáticos extremos duraderos que afectan a cientos de millones de personas y dejan miles de millones de dólares en daños», comenta Bin.
«Si las causas que han generado este calentamiento en el Pacífico continúan con motivo de la acción humana, los eventos extremos de El Niño no solo serán más frecuentes, sino que dejarán profundas consecuencias socioeconómicas», concluye. BBC
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