Desde la Unión Nacional de Grupos de Pesca y el Ministerio del Ambiente exhortan a los pescadores comerciales a tener en cuenta las legislaciones con respecto al tamaño de los animales. Denuncian “masacres” de dorados y surubíes en etapa de crecimiento y alertan que las multas pueden llegar a superar los G. 800 millones.
Con el objetivo de crear conciencia sobre la necesidad de la conservación de la diversidad de peces y el cuidado del ambiente, la Unión Nacional de Grupos de Pesca (Unagupe) viene realizando muchas denuncias sobre la depredación de animales, en violación de la Ley Nº 3556, sobre todo con respecto al tamaño.
Dicha normativa, en su Art. 34, prohíbe la pesca, transporte y posesión de peces cuyas tallas o medidas en centímetros sean inferiores a los límites permitidos para el aprovechamiento de los recursos pesqueros. Por ejemplo, los dorados deben tener como mínimo 70 cm y los pacú, 45 cm. (Ver infografía).
Jorge Lencinas, presidente de Unagupe, destacó que reciben denuncias sobre “masacres” de peces y, personalmente, él las deriva al Ministerio del Ambiente y Desarrollo Social (Mades).
La semana pasada, por ejemplo, recibieron un video sobre un enorme cardumen de dorados que fue prácticamente acabado por pescadores comerciantes en la zona de Itapytãpunta, Asunción. “Hace 10 años que no se veía un cardumen de dorados. Seguramente vinieron a comer a esa zona, y esta gente viene y los saca como si nunca haya tenido nada que comer”, criticó.
Lencinas destacó que, generalmente, esos pescadores no tienen en cuenta el tamaño, que fue establecido por biólogos con el objetivo de garantizar la reproducción de especies y conservación de diversidad.
Además, afirmó que las personas, por salud, no deberían comprar estos peces de los comerciantes porque es difícil comprobar si están en condiciones y pueden afectar la salud de los consumidores.
Al mismo tiempo, destacó que las denuncias las realiza ante Estela Gómez, directora de Pesca y Acuicultura; Darío Mandelburger, director de Biodiversidad; José Alfonso, interventor del Mades, y Juan Pío Rivaldi, jefe de Seguimiento y Control. Con todo, calificó prácticamente de “obsoleta” la institución.
Argumentó su opinión señalando que los pocos controles que se realizan son ruteros, cuando los interventores deberían ingresar a las aguas y trabajar con la marina de manera permanente, sobre todo en sitios críticos. “Somos conscientes de que no pueden estar las 24 horas, pero por lo menos en ciertas zonas deben navegar, y van a encontrar irregularidades”, garantizó.
No dan abasto
Estela Gómez, directora de Pesca y Acuicultura, aggumentó que les resulta imposible controlar por completo esta situación debido a que son pocos los interventores del Mades y muchas las denuncias diarias. Aseguró que atienden todos los reportes y acuden cada vez que pueden.
Muchas veces logran atrapar infraganti a los pescadores irregulares, pero en numerosas ocasiones ellos se alertan mutuamente y logran huir antes de ser interceptados. Asimismo, afirmó que hacen controles con la Prefectura Naval, pero nuevamente admitió que son insuficientes. “Están por todos lados”, agregó.
Depredan sus recursos
Sobre las consecuencias que pueden traer estas prácticas, la representante del Mades dijo que si se pescan los animales que ni siquiera han llegado a la etapa reproductiva, se está disminuyendo la cantidad de peces para el futuro. “Ellos mismos están depredando un recurso que es de ellos, que les da de comer”, añadió.
“Están sacando surubíes pequeños que tienen 6 a 8 meses”, lamentó. Finalmente, explicó que los que son atrapados violando la Ley de Pesca se exponen a sumarios administrativos y pueden ser sancionados con multas que van desde 1 hasta 10.000 jornales mínimos (más de G. 840 millones).//ABC DIGITAL
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