José Espínola, delegado del Sindicato de Trabajadores Penitenciarios del Interior, en entrevista con Radio Uno sostuvo que actualmente se encuentran en una “emergencia penitenciaria” a nivel de personal debido a la falta de guardiacárceles.
Según refirió, es necesario contratar como mínimo 30 personas para cada penitenciaría del país, de manera a cubrir las necesidades que hoy existen en este ámbito y poder custodiar a los reclusos.
En el caso del penal de Tacumbú, sostuvo que son pocos los trabajadores que tienen a su cargo resguardar la seguridad interna. De los aproximadamente 44 funcionarios que trabajan allí, varios deben cumplir otras funciones como acompañar a los reos a sus comparecencias judiciales o a los hospitales en caso de que necesiten atención médica.
Respecto a la cuestión salarial, detalló que un guardiacárcel contratado está ganando entre G. 1.800.000 y G. 2.000.000, mientras que el nombrado gana una cifra que ronda los G. 2.200.000. Por su parte, los más antiguos ganan cerca de G. 3.800.000.
Considerando esta realidad, cuestionó el hecho de que ganen poco dinero teniendo un cargo tan importante dentro de las cárceles. “El salario es ínfimo, tenemos viáticos que están atrasados, casi un año que no nos pagan”, puntualizó el sindicalista.
Actualmente los funcionarios penitenciarios se jubilan luego de 40 años de servicio y 65 años de edad, por ello Espínola considera que “salen prácticamente semi cadáveres” de la actividad laboral. De manera a cambiar esta situación, piden la aprobación del proyecto de Ley Orgánica Penitenciaria para poder acceder a este beneficio a los 30 años de edad.
Otro de los pedidos que realizan desde este sector es lograr el escalafón de salarios por antigüedad, de manera a equiparar el ingreso mensual de los guardiacárceles en base a sus años de servicio.
El delegado del Sindicato de Trabajadores Penitenciarios recordó que el proyecto de Ley Orgánica Penitenciaria -que está próximo a ser presentado en el Congreso- exige la creación de una “escuela penitenciaria” para que los guardiacárceles puedan recibir una formación especial antes de empezar a trabajar.
Espínola señaló que varios guardiacárceles, ante las dificultades económicas y la falta de ayuda de las autoridades, en ocasiones se ven forzados a “caer en la tentación” y pedir dinero a los reclusos. “El más débil cae, va y toca la puerta de alguien, pide 100.000 y se le da 1.000.000. Te salva la vida pero ya tenés un compromiso con ese interno”.
Sobre el ingreso de drogas en las cárceles, considera que esta situación se da justamente por la falta de suficientes custodios en las penitenciarías. En ciertos casos cuando hay una gran cantidad de personas en días de visita, los guardias se ven rebasados y realizan “un chequeo rápido”, lo cual da pie a que se puedan meter estupefacientes en los cinturones, la comida o inclusive dentro del cabello o de las partes íntimas en el caso de las mujeres.
Esta mañana se llevará a cabo una audiencia con el ministro de Justicia y, dependiendo del resultado de la misma, desde el sindicato de guardiacárceles analizarán las próximas medidas a ser tomadas, ya sea una movilización o inclusive una huelga general.//DIARIO HOY
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